Si por los asturianos fuera, Leonor habría ya recorrido la alfombra azul que conduce al Teatro Campoamor de Oviedo en carricoche, con apenas un año de vida. Pero no ha sido así. Y tampoco lo pudo hacer en el vientre de su madre, la Reina Letizia, que en la ceremonia de los premios -llamados entonces "Príncipe de Asturias"- en 2005 tuvo que quedarse en Madrid por molestias del embarazo. Días después nacía la primogénita de los Reyes de España, el 31 de octubre.
Desde entonces, la misma pregunta, hasta ahora sin respuesta: ¿Para cuándo la primera visita pública de Leonor a la tierra cuyo nombre figura en su título como heredera de la corona española? La falta de una fotografía de la niña en Asturias llama más la atención si se tiene en cuenta que, más allá de cuestiones protocolarias, es la tierra donde nació su madre y por lógica familiar uno de los primeros lugares a los que viajar con la pequeña debería ser el Principado.
Puede que así haya sido, pero no ha trascendido públicamente. La presencia de Leonor en Asturias habría quedado en la esfera privada, esa en la que los Reyes se empeñan que estén la mayor parte de las cosas que tienen que ver con la vida de su primogénita y la de su hermana, la Infanta Sofía.
A ambas se las fotografía poco, menos de lo que la gente en la calle quisiera y mucho más de lo que desearían sus padres, sobre todo, según cuentan, la Reina. Pero el vacío asturiano llama cada vez más la atención, sobre todo porque la Familia Real ha sido vista en escapadas familiares y privadas por Granada y Pirineos, de las que existen testimonios gráficos, sin olvidar los posados en Mallorca en Pascua y agosto, o, cuando Leonor era muy pequeña, en unas vacaciones en Lanzarote.
Los asturianos siguen esperando. ¿Será para los próximos Premios "Princesa de Asturias"? Para entonces Leonor estará a las puertas de cumplir 13 años, los mismos con los que su padre se estrenó en los discursos, precisamente en la ceremonia en Oviedo. Cuatro años antes, en 1977, Felipe VI ya había estado en Covadonga para recoger, simbólicamente, los atributos del título de Príncipe de Asturias, ese mismo que traspasó a su primogénita en 2014, cuando se convirtió en Rey.
Con 12 años recién cumplidos y su primer posado oficial en solitario, pocos argumentos van quedando para que la Princesa de Asturias no se haga cargo de los premios a los que da nombre.
Si tiene que pasar antes por Covadonga a recibir simbólicamente el título -los expertos en la materia dicen que sería deseable pero no obligado-, tiene muchos meses por delante para organizar la visita. La Santina la espera.
