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Apuntes De Mecánica Política

La salida de la abstención de Podemos

La izquierda negocia el Presupuesto con pocas expectativas de acuerdo, salvo que la formación morada y el Gobierno cedan

La negociación del Presupuesto suele ser un buen termómetro no sólo de la temperatura del gobierno sino de la de los partidos. En lo que va de legislatura ha permitido comprobar la incapacidad de la izquierda asturiana para ponerse de acuerdo y el afán con el que el Partido Popular quiere convertirse en alternativa de Gobierno, hasta el punto de ofrecer al PSOE terreno para la aprobación de las cuentas el pasado año. Ahora, el Gobierno afronta otro periodo de negociación con la izquierda como objetivo prioritario (y único) y en el que corre el riesgo de encallar nuevamente.

La clave está en Podemos. La formación morada se enfrenta, casi desde sus inicios, al dilema de cómo convertirse en Asturias en una fuerza activa y no reactiva, centrada en la oposición al PSOE empeñándose en repetir ese mantra que nadie se cree de que no son de izquierdas ni de derechas, sino todo lo contrario.

Nuevamente, en esta negociación presupuestaria, tiene la oportunidad de dibujarse como una fuerza capaz de impulsar o favorecer acciones de gobierno en lugar de bloquearlas. Pero es comprensible que, con un congreso interno previsto para principios del próximo año, los dirigentes de Podemos tengan dificultades para acudir con un acuerdo presupuestario con el PSOE sobre la mesa. De ahí que la abstención, propiciando que salga adelante un acuerdo entre PSOE e Izquierda Unida, sería una salida convincente.

Pero para eso han de darse otros condicionantes. Por un lado, el gobierno regional debería mostrarse más dispuesto a ceder y hacer concesiones a los partidos de la izquierda. Con IU siempre resulta más fácil entenderse, pero la coalición necesita arañar del Gobierno alguna de sus reivindicaciones. Por ahora, en las reuniones mantenidas sobre las cuentas del próximo año siguen en pie las líneas rojas.

Izquierda Unida reclama modificaciones en el mapa tributario, aunque asume que es imposible retroceder en el acuerdo alcanzado entre PSOE y PP el pasado año para elevar el mínimo exento del impuesto de sucesiones. Eso sí, otras alternativas hay, explorando tributos verdes o mayores cargas fiscales al patrimonio.

Pero la piedra de toque va a ser en las próximas semanas el asturiano. Mañana mismo, la diputada de IU Concha Masa presentará el borrador de dictamen que su partido ha elaborado sobre el asturiano, tras la comisión parlamentaria celebrada a tal fin. El documento es claro y demanda una mayor protección para la lengua asturiana y propone andar el camino para su cooficialidad con una reforma estatutaria. ¿Votarán los socialistas en contra de esa conclusión? ¿Con qué argumento una vez que la FSA ha asumido la cooficialidad en su ideario tras la victoria del nuevo secretario general, Adrián Barbón?

Los socialistas tendrán difícil hacer creíble la excusa de que incumplirían su programa electoral en esta legislatura, porque cabe suponer que esa reforma se llevaría a cabo en la próxima, y para entonces el PSOE ya debería incorporar a su programa la cooficialidad.

Por tanto, el resultado de la votación de ese dictamen, que coincide también con las expectativas de Podemos, podrá ser determinante para allanar esa vía de entendimiento de la izquierda que Adrián Barbón ha abierto. Y la posibilidad de un acuerdo presupuestario, aunque alcanzado solo con IU y con una abstención de Podemos, permitiría un escenario más favorable para el cambio de ciclo que Barbón ha planteado.

Esa es la solución para que todos puedan hacer sus lecturas de victoria. Pero si esta nueva intentona de acuerdo de la izquierda acaba en prórroga presupuestaria la única interpretación posible será la del fracaso y la incapacidad, con culpas repartidas.

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