Francisco Llera Ramo, asturiano de Caravia Alta (1950), es catedrático de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco. Desde 1995 dirige el Euskobarómetro, instrumento dependiente de la entidad académica y especializado en el estudio del comportamiento político y la opinión pública en el territorio vasco. El profesor Llera presenta hoy en Oviedo la III Encuesta Sociolingüística de Asturias, en el marco de las XXXVI Jornaes Internacionales d'Estudiu, organizadas por la Academia de la Llingua Asturiana. Las sesiones se desarrollan hoy, mañana y pasado en la Facultad de Filosofía y Letras (campus del Milán).
- ¿Qué conclusiones de esta encuesta pueden destacarse?
-Es la tercera encuesta. La primera se hizo a principios de la década 90 del siglo pasado, con lo cual tenemos casi 30 años de evolución. Ha habido una transformación de la sociedad, cambios generacionales...
- ¿Y cómo ha evolucionado la percepción de la llingua?
-Se constata una lenta y casi milagrosa recuperación del asturiano. No estamos mucho mejor, pero hay una recuperación en la que también se ven claroscuros y límites evidentes.
- ¿En qué se mejora?
-En los parámetros más clásicos: conocimiento del asturiano, destreza, uso, demanda o identificación de la llingua... La alfabetización ha sido el principal baluarte de esa recuperación; hablo de la inserción del asturiano en el sistema educativo, y en menor medida de la alfabetización de adultos. Son dos elementos indicativos de normalización social. Lo mismo puede decirse de la incorporación de la toponimia. En el sistema educativo la llingua ya está normalizada. Aunque estudiarla es voluntario, y no obligatorio como en Cataluña o País Vasco, implantarla en la red educativa ha tenido un impacto muy positivo. Y la presencia del asturiano en los medios de comunicación también tiene un efecto tractor importantísimo.
- ¿Dónde están los límites de los que habla?
-En los espacios públicos apenas hay presencia del asturiano. Y el límite más importante es la no oficialidad. Una lengua sin oficialidad es muy difícil que prospere, que gane terreno, por mucho voluntarismo y muchos recursos que se inviertan en ella. Son fundamentales el consenso político y la adopción de medidas.
- ¿Los asturianos reclaman la oficialidad de la llingua?
-En algunos elementos de identificación de la llingua se observan retrocesos, y la propia sociedad asturiana identifica esas limitaciones con la ausencia de oficialidad. El asturiano es de las pocas lenguas regionales que no tiene estatus de oficialidad. Hay una deuda pendiente de las instituciones con una lengua que es un capital cultural identitario de la propia sociedad.
- ¿Está Asturias preparada para implantar la oficialidad del asturiano?
-Pienso que sí. Vaya por delante que una cosa es el reconocimiento del estatus de oficialidad y otra las medidas concretas, los ritmos y los tiempos. Vamos muy tarde en el sentido de que otros lo han hecho antes, pero no hemos corrido el riesgo de que la llingua se perdiera. En todo caso, tenemos una mayoría de ciudadanos que apuesta por la oficialidad, aunque sea cierto que muchos no saben muy bien de qué va tal cosa. Lo que sí saben es que el asturiano está necesitado de respaldo político, y en esta línea demandan ayuda para mantener la llingua lo más viva posible, no en una situación de agonía. Lo que la gente reclama es un reconocimiento oficial más contundente, más decidido y con medidas políticas que no conocen con detalle. Quieren una mayor y mejor presencia de la llingua en los medios de comunicación. Creo que ha llegado el momento de la oficialidad. Yo diría que ahora o nunca. Y que más vale tarde que nunca.
- Habrá quien replique que la gente tiene preocupaciones más importantes.
-Ese argumento es demagógico. Es verdad que la llingua no está en la lista de problemas prioritarios del ciudadano. La gente simplemente la utiliza, de forma no consciente. Pero si se deja medio abandonada, el futuro será peor que el presente.
