No es habitual que un mismo paciente sea sometido a dos intervenciones del corazón en 24 horas, y que ambas formen parte de una misma solución quirúrgica. Sucedió en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) hace pocos días, con un paciente de 42 años cuyo caso había sido catalogado por los médicos como "muy complejo". Años atrás había sido intervenido del corazón, pero ahora el corazón empezaba a fallarle, y también mostraba síntomas de fatiga una prótesis aórtica que le habían implantado. Había que diseñar una estrategia, y un equipo multidisciplinar determinó que la más adecuada consistía en colocarle una nueva válvula aórtica, y al día siguiente implantarle un corazón artificial (una asistencia ventricular). La situación del enfermo era muy delicada, y el riesgo, alto. Pero el resultado ha sido "satisfactorio", subrayan los médicos. Tras unos días en la uci y en planta, ya está en su domicilio recuperándose.
"Es una de las primeras intervenciones de este tipo que se hace en el mundo", subrayó ayer Jacobo Silva, jefe del servicio de Cirugía Cardíaca del HUCA. La unidad que dirige está de enhorabuena: acaba de publicarse que en 2016, por segundo año consecutivo, el Hospital Central de Asturias fue el centro sanitario de todos el país que más intervenciones realizó. De las 22.201 operaciones del corazón llevadas a cabo en España el año pasado en adultos, 852 se practicaron en el complejo sanitario ovetense. La media nacional fue mucho más baja: 352 operaciones por hospital. Con el añadido de que la mortalidad global (incluyendo urgencias y pacientes de alto riesgo) fue en el HUCA del 4,9 por ciento, frente al 5,9 por ciento de promedio nacional.
Jacobo Silva establece una relación muy estrecha entre estos resultados y la doble intervención quirúrgica citada, casi pionera a nivel mundial. Y el factor común es, a su juicio, el funcionamiento en el HUCA del área de gestión clínica del Corazón, que agrupa a profesionales de varias especialidades que antaño trabajaban bajo distintas disciplinas. "La colaboracion entre especialidades es clave, y este caso es paradigmático. Para estudiarlo y para resolverlo nos reunimos intensivistas, cardiólogos, hemodinamistas, anestesistas, cirujanos, enfermeros...". Sobre el liderazgo del Hospital Central en cifras de actividad de 2015 y 2016, subraya que "este modelo ha demostrado que mejora la eficiencia utilizando los mismos recursos", y puntualiza que "una de las claves de este éxito es el funcionamiento centrado en el paciente".
César Morís, responsable del área del Corazón del HUCA, indica que esta unidad aglutina a unos 140 profesionales. "La organización por servicios está superada, hemos pasado a una organización por procesos. Un solo servicio no está capacitado para solucionar la mayor parte de los problemas del paciente actual", explica el doctor Morís. "No hablamos de más médicos ni de más quirófanos, sino de una mejor organización. Lo conseguido es un éxito de un modelo organizativo que depende de las personas, de la implicación de los profesionales", puntualiza.
Guillermo Muñiz Albaiceta dirige la UCI de enfermos cardíacos del HUCA. "Nuestra función es recibir al paciente en el preoperatorio inmediato. Suele estar en cuidados intensivos un promedio de dos o tres días, mientras supera la agresión que supone la cirugía. El objetivo es que el beneficio de la operación sea el máximo posible", asevera el intensivista.
Félix Fernández Suárez, jefe de sección del servicio de Anestesiología, hace hincapié en el impulso que ha supuesto el esquema organizativo actual. "Este equipo está capacitado para realizar la práctica totalidad de las operaciones que se hacen en el mundo", afirma. Son ocho los anestesistas dedicados a intervenciones cardiovasculares, tanto programadas como urgentes. "Son cirugías de gran envergadura y de una gravedad severa", destaca el doctor Fernández.
El corazón artificial implantado al paciente reseñado al principio de estas líneas es el cuarto que se coloca en el HUCA. A causa de las singularidades ya citadas, ha sido la intervención "más compleja" de las cuatro, señala el doctor Jacobo Silva. Si se pretendía que la asistencia ventricular funcionara de forma adecuada, resultaba impresncindible reemplazarle previamente la válvula aórtica.
