Asturias es una de las regiones más solidarias de España, según palabras del Banco de Alimentos regional. "Somos una comunidad especialmente sensible a los momentos de crisis", señaló Bernardo Sopeña, presidente de la ONG en el Principado, ya que en épocas de bonanza "las donaciones son menores", mientras que "en momentos de crisis, la sociedad se muestra más implicada. El asturiano se vuelca", afirmó.

Esa solidaridad la perciben de dos maneras en la asociación. Por una parte, en la entrega de productos hay una tendencia al alza que se ejemplificó cuando se pasó de las 60 toneladas recogidas en 2013, a las 240 toneladas de alimentos entregados en 2014. Y por otro lado, con personas dispuestas a prestar apoyo al Banco de Alimentos, que en esos días, multiplica su ayuda: de 60 voluntarios regulares, a 1.300 colaboradores puntuales. "Entre las solicitudes que ya tenemos encima de la mesa para cooperar y las que vendrán en estas semanas, calculamos que llegaremos a esa cifra", comentó Sopeña.

Datos esperanzadores cuando se recuerdan las estadísticas que la Red Europea contra la exclusión transmitió en el Parlamento autonómico a mediados de octubre en el informe AROPE. Allí se cifra en 200.000 personas las que están en riesgo de exclusión, un 18,5 por ciento de la sociedad asturiana. Un porcentaje notablemente más bajo que la media nacional, situada en un 28 por ciento, y también inferior al de la Unión Europea (23 por ciento). Sin embargo, de esa cantidad, 40.760 individuos se mueven en ratios de privación material severa, lo que significa que, tras la crisis, la pobreza ha disminuido en Asturias pero es más intensa.

En este contexto, el Banco de Alimentos volverá a la carga con su sexta edición de la gran campaña de recogida de alimentos. Con el objetivo de, al menos, mantenerse en cifras de pasadas ediciones, la organización aspira a recibir 200 toneladas de comida. Una meta que viene recogida en el eslogan de la campaña de 2017: 200.000 kilos, 200.000 sonrisas y que se confirmó en el acto de presentación que tuvo lugar ayer en el Aula Magna del edificio histórico de la Universidad de Oviedo.

Allí, el presidente de la ONG, junto con Juan José Cima, secretario de la Fundación Banco de Alimentos y coordinador de la campaña de recogida, apuntaron las líneas maestras de la edición del 2017 que arranca a finales de mes. Para integrar a las zonas rurales más aisladas, se podrán donar alimentos ya desde el 27 de noviembre, en puntos situados en los ayuntamientos de los municipios más pequeños. El primer fin de semana de diciembre, los días uno y dos, será el turno en los grandes núcleos de población con puestos de entrega en las grandes superficies comerciales.

En el Banco de Alimentos priorizan este año los productos no perecederos por delante de la pasta y el arroz y recuerdan que esta campaña "supone el 10% de los alimentos que recogen durante todo el año". Sin ellos, "sería imposible suministrar productos a las 179 asociaciones vinculadas ni a las más de 20.000 personas que se benefician".