"Prohibir la gestación subrogada no implicaría que tengamos una sociedad menos sexista, racista y desigual", sostiene Inmaculada de Melo, profesora de Ética Médica en el Weill Cornell Medical College de Nueva York. A su juicio, que los vientres de alquiler sean una práctica inmoral no significa que se deban prohibir porque esa decisión generaría un mercado mayor al actual -pero en la clandestinidad-, que ya mueve 6 billones de dólares al año. "Desde 2006 a 2010 la maternidad subrogada ha crecido un 1000% y es improbable que se le ponga un freno", continuó De Melo, doctora en Filosofía desde 1997 por la Universidad de Florida participó ayer en la primera sesión de las jornadas de Derecho "La mujer, sujeto u objeto de derechos reproductivos", organizadas por el grupo de investigación de la Universidad de Oviedo Deméter (Maternidad, género y familia).

La catedrática acreditada de Derecho Internacional Privado Pilar Jiménez Blanco aseveró que la prohibición de esta práctica "podría tener elementos de posible inconstitucionalidad", supondría una injerencia en la autonomía personal e implicaría sanciones y consecuencias penales que el legislador español ha preferido evitar, "moviéndose en un terreno más cómodo" como el de la nulidad, que "no tiene efectos civiles". En cuanto al perfil de las mujeres que acceden a realizar esta práctica, en el caso de Estados Unidos, incluye un grupo de nivel económico superior que los padres intencionales aunque en el contexto americano se considera un nivel más bajo. La profesora del Medical College de Nueva York explicó durante la jornada celebrada ayer en la Facultad de Derecho que esta práctica "refuerza" ideas sexistas: "La maternidad subrogada, por lo menos como industria, es solo posible en un contexto sexista, racista y de desigualdad económica". Por ello, opina Inmaculada de Melo, "si la prohibimos no vamos a tener una sociedad no sexista, racista o desigual pero si lo permitimos tampoco vamos a tener una sociedad mejor", aseveró, "por eso es tan difícil pensar en qué legislación o qué prácticas serían las mejores". La experta es rotunda al asegurar que la gestación subrogada "es una industria" y cuando se pide que se haga de manera altruista se reclama que así se haga solo a las mujeres. "Nadie ha dicho a abogados, a clínicas, a agencias... que lo hagan de una manera altruista. Por eso, el argumento del altruismo es un poco problemático y las únicas que los tienen que hacer gratis son las mujeres que, de hecho, ya realizan el trabajo gratis", concluyó la profesora de Ética Médica en Nueva York.