Los abogados expertos en reclamaciones de Tráfico auguran una nueva "guerra" entre conductores y administración por las sanciones que se impongan con las nuevas cámaras que "ven" en el interior de los vehículos y detectan si los conductores llevan o no puesto el cinturón de seguridad. El nuevo sistema ofrece muchas dudas no solo a nivel técnico, sino incluso desde el punto de vista constitucional, como apuntan algunos expertos. Las cámaras, para las que se han buscado ocho ubicaciones, comenzaron ayer a buscar a los infractores, que se arriesgan a multas de 200 euros y la retirada del tres puntos del carné, 600 euros en caso de una negativa a identificar a la persona que no lleve puesto el cinturón de seguridad. La mayoría de las cámaras se ha instalado en vías de alta capacidad, en las que hay menor accidentalidad.
El abogado Luis Romero, que logró parar los radares a la entrada de Oviedo porque los soportes de los cinemómetros no estaban homologados, considera que una primera pega a las cámaras viene por la invasión de la intimidad. "Supongo que la administración habrá tomado todas las precauciones para que estas cámaras no vulneren la ley de Protección de Datos. Cada caso va a ser completamente distinto. A simple vista podría incurrirse en una intromisión en la intimidad del individuo, al captarse imágenes en el espacio interior de un vehículo", opina el letrado.
Habrá que estudiar todos los aspectos, añade, "desde la colocación de las cámaras y su control metrológico, hasta los protocolos, pasando por la calidad de las fotografías". En su opinión, "se trata de un sistema complejo que puede dar lugar a muchos errores". Y no se olvida de lo evidente. "Creo que no deberían añadir este nuevo sistema, que parece una nueva forma de recaudar por medios mecánicos. Temo que vaya a provocar una nueva 'guerra' entre abogados y conductores por un lado y la administración por el otro, sin que por ello se cumpla el efecto disuasorio que se pretende", indica.
"Exactitud discutible"
"La exactitud de este sistema me parece dudosa y discutible, sin olvidar su posible inconstitucionalidad. Habrá una cascada de reclamaciones", cree el letrado ovetense Luis Olay. Habrá que ver cómo van funcionando las cámaras, pero uno de los aspectos que menos le gusta a Olay es que "no se pare al conductor tras detectarse la supuesta infracción, de forma que la multa llegará semanas después de haberse cometido. No parece una buena forma de disuadir y educar al conductor". Pero este tipo de sistemas de control mecanizados "cada vez son más numerosos, con lo que la excepción se ha hecho normal".
El abogado Víctor Manuel Sánchez Tejón también cree que habrá un aluvión de reclamaciones. "En primer lugar, porque hay mucha gente que circula sin el cinturón puesto, aunque buena parte de ellos lo hacen por las ciudades. Pero también por la cuantía de las sanciones, que serán de 200 euros, a lo que se añade la retirada de tres puntos del carné. Causarán bastante polémica", opina el letrado.
Es cierto que estas cámaras, indica Sánchez Tejón, están funcionando ya en otros países como Alemania, "donde identifican perfectamente al conductor infractor". A priori, este abogado rechaza que se vulnere la intimidad, dado que "lo que ocurre dentro del vehículo atañe a la conducción y la seguridad vial". No obstante, el éxito de estas cámaras reside sobre todo "en la claridad, que quede perfectamente identificada la persona infractora". Todo dependerá de la calidad de las imágenes, si se realizan en blanco y negro o color, y su posterior tratamiento. En principio, la Dirección General de Tráfico utilizará una mezcla de medios tecnológicos y humanos para identificar a los infractores, y los procedimientos no se iniciarán hasta que haya una comprobación por parte de técnicos de la administración, que descartarán las imágenes dudosas. Un trabajo ímprobo que también puede dar lugar a errores.
