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NELLY FERNÁNDEZ | Exsenadora, exdiputada regional y exconcejala socialista en Avilés

"Llevo fatal los líos del PSOE, siempre hubo corrientes pero no había enemistad"

"Cuando ganamos las elecciones en Avilés en 1979 lo celebramos con los comunistas en un bar de La Luz, entonces nos llevábamos muy bien"

Nelly Fernández, en el salón de su casa. RICARDO SOLÍS

Los albores de la democracia fueron época de efervescencia en Avilés. Y Nelly Fernández estaba metida de lleno en aquellos movimientos de partidos incipientes que no sabían qué iba a pasar tras la muerte de Franco. "Nos reunimos representantes de distintos partidos políticos para organizar la asociación de vecinos del centro. Porque pensábamos que igual se iban a disolver las corporaciones franquistas y la manera de acceder al Ayuntamiento eran las asociaciones de vecinos. No teníamos dónde reunirnos y lo hacíamos en un bar, el Pai Pai". En aquella fundación de la entidad vecinal había socialistas y comunistas, fundamentalmente.

"De repente un día Pepe Martínez me dice que va a ir con nosotros -con el PSOE- en la lista del Ayuntamiento. Empezamos a ver que no se disolvían las agrupaciones, sino que se convocaban elecciones". Y los socialistas prepararon su lista electoral. "En la Casa del Pueblo la democracia era total y absoluta. Había un encerado, se daba un nombre y votaban todos. El que más votos sacaba era el número uno. Fue cuando salió Manuel Ponga, y yo de número dos. Y así fuimos haciendo la lista". El PSOE ganó las elecciones de 1979, con diez concejales, y gobernaron gracias al apoyo del Partido Comunista, que tenía cuatro ediles. La UCD consiguió once. "Estábamos contentísimos, fuimos todos a celebrarlo juntos al bar de una compañera nuestra en La Luz. Entonces nos llevábamos muy bien. Ahora ya no quieren que los llamemos compañeros comunistas".

Así empezó la andadura de Nelly Fernández en el Ayuntamiento de Avilés. Tenía entonces 47 años. Y fue concejala durante siete. Dimitió antes de culminar el segundo mandato porque salió elegida senadora y era, además, diputada provincial. "En aquella época criticábamos a Francisco Álvarez-Cascos, que era diputado provincial, concejal en Gijón y senador. Si yo iba también al Senado dije que tenía que dimitir de algo".

De su época de edil destaca la puesta en marcha del centro de planificación familiar, en Galiana. "En Gijón se creó el primero y a continuación aquí el de Avilés. Era algo interesante en aquel momento, en el que posiblemente no estaban ni legalizados los anticonceptivos. Tuvimos mucha suerte, vinieron a trabajar dos ginecólogas buenísimas". El éxito estuvo acompañado de algún que otro contratiempo. "Tuvimos problemas con el Hospital San Agustín. Pensaban que íbamos a hacer legrados o cosas así. No, allí se asesoraba a la gente sobre anticonceptivos y tal. No íbamos a actuar como un hospital. Fue una confusión por parte del San Agustín".

Laura González, entonces concejala de IU, trabajó con Nelly Fernández en aquellos inicios de los servicios sociales municipales. "Teníamos entonces una asistente social que más bien actuaba de administrativo, no teníamos ninguna competencia clara. Yo quería que tuviésemos en Avilés algo donde pudiéramos ayudar a la gente, y empezamos a poner en marcha este tipo de servicios para personas con problemas económicos, ayuda a domicilio...".

En el Senado estuvo esta avilesina tres legislaturas completas, y siempre fue presidenta de alguna comisión. Una de ellas fue de la Comisión de Suplicatorios, que dirime cuándo se lleva a los tribunales a un senador. "En España no existe aforamiento, como dice la gente. Porque incluso si el Senado decide que no hay delito, y por lo tanto no tiene que pasar al Tribunal Supremo, siempre es posible acudir ante el Tribunal Constitucional", subraya.

En la segunda legislatura fue presidenta de la Comisión Mixta de Derechos de la Mujer (formada por diputados y senadores). "Tuvimos mucho trabajo. Y en la tercera legislatura no quise repetir al frente de esta comisión porque son temas muy complicados. Por mucho que hagas, las mujeres no están conformes, y por poco que hagas, los hombres están en contra". Ocupó entonces el cargo de presidenta de la Comisión de Peticiones, que analiza las quejas y reclamaciones de todo tipo que envían los ciudadanos.

Uno de los episodios que recuerda Nelly Fernández en sus años de senadora -siempre con mayoría del PSOE, excepto el último, en el que el PP consiguió un senador más- fue la creación de la comisión para investigar a los GAL. "Cuenta Sáenz de Santamaría, que llevaba en la lucha antiterrorista desde la época de Franco, que cuando lo llamaron a declarar en la comisión le advirtió a Martín Villa, exministro del Interior, que no se iba a ceñir a hablar de lo que pasó desde 1983, sino que contaría todo lo que sabía de la lucha antiterrorista. Ése fue el final de la comisión, que se disolvió inmediatamente. Me sorprende que el PSOE no cuente esto. Del entorno de ETA mataron a mucha más gente cuando el Gobierno de Aznar. Lo de los GAL fue sólo para debilitar al Gobierno de Felipe González".

Tras dejar el Senado, Nelly Fernández siguió en activo. Desde 2003 y hasta 2014 fue presidenta de la Asamblea de Cruz Roja de Avilés. "Se hacen muchas cosas, se trabaja mucho. Hay gente joven estupenda que está ayudando muchísimo. Me pesó no haber ido a Ginebra, donde abrieron un museo con todo lo que hizo el fundador de la Cruz Roja, Henri Dunant".

Confiesa Nelly Fernández que no lleva nada bien los líos de su partido. "Los llevo fatal. A veces prefiero ni ir a nada. Yo no soy de Pedro Sánchez, o más bien de su entorno, aunque tampoco me gustaba Susana Díaz. Pero, bueno, puestos a votar, sí me gustaban los que estaban de parte de ella". Ahora confía en que Adrián Barbón sea capaz de enderezar el rumbo del partido en Asturias. "Creo que Barbón está dispuesto a que el partido vuelva a estar unido. Pero hay otros que no. Yo no voté a Pedro Sánchez, pero lo acepto". Cree que las rivalidades internas son peor que antes. "En el partido siempre hubo corrientes, pero era distinto porque no había enemistad. Y además había más conocimiento de lo que es el partido, que tiene unos órganos elegidos por la militancia y que hay que respetarlos. No es un partido asambleario".

¿Y Podemos? "Ahora los veo estupendamente, porque creo que van a desaparecer. Cuando tuvieron siete millones de votos, me parecía imposible que hubiera siete millones de personas que votasen a unos señores de los que no sabíamos más que su presencia en la Puerta del Sol. Pero hay gente que vota frívolamente". Lo que siente es que "hayan engullido al Partido Comunista". "Eso no favorece nada al país, a nadie. Ni siquiera Carolina Bescansa está de acuerdo en el tema de Cataluña. No se sabe si van o si vienen, y éste es un tema importantísimo. Hay politólogos que dicen que desde la Transición no hubo nada más grave que el conflicto de Cataluña, que es gravísimo, y hay que manifestarse abiertamente".

Fernández ve con temor el escenario catalán. "Ahora los independentistas están apareciendo como víctimas: es lo que quieren. Y las elecciones no sé lo que resolverán. Probablemente Rajoy no tenía otra manera de actuar, pero veremos a ver si esto no hizo más independentistas. Otra cosa que me parece fatal es poner las banderitas. ¿Para qué? ¿Qué quieres decir con eso?".

Ahora dedica su tiempo a ir a clase de Historia, en Aulas Populares, día que aprovecha después para tomar algo con sus amigas. "Los martes voy a cantar. Y Facebook me quita mucho tiempo. Luego mis hijas y mi nieta vienen a comer los domingos". Le gusta mucho la música, la ópera -afición que heredó de su padre-, pero, sobre todo, sigue siendo una mujer de partido que sufre cuando escucha criticar a los políticos, y que no se muerde la lengua para expresar sus convicciones. "En las redes sociales siempre salgo defendiendo a los concejales. Acepto que no estés de acuerdo con unas prioridades, pero hay mucha manía de creer que los políticos son una raza distinta. Político eres una temporada". Ella, de 1979 a 1996. Pero lo sigue llevando en la sangre.

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