Hay un noche de noviembre que es mágica para Navelgas. Los vecinos del Barrio de Arriba del pueblo tinetense celebran el Festival del Esfoyón y el Amagosto -declarado de interés turístico regional-, una fiesta en torno a una tradición de antaño en Asturias que consiste en comer castañas asadas, beber sidra dulce y reír y charlar mientras se enristra el maíz. Antaño las noches solían ser muy frías e invitaban a resguardarse en las casas.

No fue el caso de la pasada noche del sábado. Centenares de personas se juntaron en la parte alta de Navelgas al abrigo, esta vez no tan necesario, del horno de pan y del asador de castañas. Para que los visitantes no perdieran detalle de la ruta por el barrio los vecinos colocaron antorchas en los puntos de parada. Cada cobertizo ofreció su particular postal de un tiempo pasado que muchos añoran: elaboración de cestos, piezas de cerámica y madreñas, y también de manteca, bollos de pan, sidra dulce, castañas asadas y torreznos (tocino frito). "No nos lo perdemos", dijo Ángel Prieto, vecino de San Tirso de Abres. Todos los años acude a la cita con un objetivo: comprar manteca para hacer las roscas de El Llano. Si algo tiene este festival, que ha cumplido 22 años, es un público fiel en toda Asturias y también colaboradores entusiastas.

Alicia Fernández es una de ellas. "¿Cuánto le debo?", preguntó una señora cuando la vecina de Navelgas le ofreció una porción de los bollos que había cocinado durante toda la tarde para el festival. "Hoy nada", dijo la mujer con una sonrisa.

El encuentro mágico de Navelgas es posible gracias al esfuerzo de muchos vecinos, como la citada Alicia Fernández y como Samuel Rodríguez. Éste trasladó su taller de ebanista desde Zardaín a Navelgas. "Hay que colaborar con estas fiestas para que sigan vivas", opina.

Por allí estuvo el ferreiro César Castaño al frente de la fragua; Francisco Álvarez y Pedro Queipo hicieron sidra dulce y José Manuel Fernández cortó leña para la hoguera de asar las castañas. Entre el público se repartieron de forma gratuita 200 litros de sidra y 24 kilos de castañas. "Al final no queda nada", contó Pablo Fernández, el encargado del fuego.

Y si hay algo que no falta es el maíz, que enristraron un grupo de vecinos. "Esto ya no se lleva", apuntó con ironía Isolina Fernández, de Oviedo. Ahora la vida transcurre de otra forma, pero Navelgas no quiere olvidar. Los vecinos siguen vistiendo para el Festival del Esfoyón con el atuendo de época, algo que muchos quisieron retratar. La foto se convertirá en un recuerdo más de una cita "que tiene futuro" gracias al trabajo de las asociaciones "San Juan", "El Arbedeiro", "Cuarto de los Valles" y "Río del Oro", con el apoyo del Ayuntamiento de Tineo.

La "Panoya de Oro" de este año fue para el grupo de baile "La Corte", de Enverniego, del vecino concejo de Valdés, por su valiente defensa de la cultura vaqueira.