Javier Fernández fía el consenso y las posibilidades de acuerdos presupuestarios en lo que queda de legislatura al entendimiento con Podemos e Izquierda Unida. El discurso del presidente del Principado en su penúltimo debate sobre el estado de la región no deparó sorpresas. Javier Fernández es tan fotofóbico como alérgico a sacar conejos de la chistera y su principal intervención del curso político parlamentario, de algo más de 65 minutos, se ajustó al que ha sido su libro de estilo en sus cinco años de gobierno.

"Aprovechar los meses que quedan", "la cuenta atrás" de su último mandato al frente del Principado es el objetivo de un Javier Fernández, que reconoció las dificultades para alcanzar acuerdos con las otras fuerzas de izquierda en los dos años y medio que van de legislatura. De ahí que ayer lanzase un nuevo mensaje, uno más, de llamamiento a un entendimiento cuyo fracaso, advirtió, no sólo pasará factura a los socialistas, "La izquierda se enfrenta en esta negociación presupuestaria a su propia responsabilidad, a su capacidad para demostrar que puede superar sus recelos para contribuir al progreso de Asturias. Cada cual se va retratar", planteó Javier Fernández, quien realizó dos ofertas concretas a exigencias planteadas por Podemos e IU en la negociación presupuestaria: "avanzar hacia la consideración pública y universal del ciclo 0-3 años", aunque no se extendió en detalles, y crear una Unidad Anticorrupción dentro de los márgenes que marca la ley.

El presidente del Principado también dedicó una parte vertebral de su discurso a la crisis desatada en Cataluña en los últimos meses. Javier Fernández manifestó su "sorpresa" por "los silencios", "la indolencia" y hasta el desinterés existente en Asturias "incluso en este parlamento" sobre la génesis de la cuestión catalana. "Lamento decirlo pero ese silencio, esa omisión fue espeso, tangible casi", dijo, al tiempo que lamentó que haya sido necesario "esperar al estallido de la fractura para, ahora sí, tomar conciencia de que esto iba en serio y nos afectaba directamente".

El presidente asturiano defendió "la restauración del orden constitucional" en Cataluña "a través del Estado de Derecho" y recordó que "en esta tierra se sabe muy bien qué es ser preso político", un mensaje que tal parecía dirigido al discurso aparentemente equidistante de Podemos en esta cuestión.

Fernández ligó la crisis catalana con la necesidad de afrontar una reforma que pronosticó "no será fácil" ya que será necesario "pactar cesiones y alcanzar compromisos mayoritarios sin los cuales estaremos comprometiendo nuestro futuro como Estado" y puso como prueba del nueve la negociación del sistema de financiación autonómica donde Asturias y España se juegan un sistema que sea "cooperativo y solidario".