"Porque llega un momento en el que la paciencia deja de ser una virtud", Javier Fernández renunció a su segundo turno para responder a Foro. La portavoz de la formación conservadora, Cristina Coto, venía de un duro alegato contra "la inoperancia, la indolencia", la "incapacidad y la desidia" del que a su juicio se asume como "un cadáver político". La diputada había llenado de embestidas su repaso a "un quinquenio desdichado, desastroso, que nos ha alejado de España y nos ha impedido aprovechar la recuperación económica". En el tono habitual, Coto puso a Fernández al frente "del grupo de los malos gobernantes" y le reprobó por "incapaz de llegar a acuerdos con nadie".

Fue un "gallinero incesante" en la versión del Presidente, que ignoró la mayor parte del alegado de su antagonista, a la que ve desde "hace tiempo instalada en zonas suburbiales de la política".