La gripe vuelve a sus ritmos habituales. La epidemia más tradicional del invierno aún no ha dado señales de vida, al contrario de lo sucedido el año pasado en Asturias, cuando la curva de incidencia comenzó a subir fuertemente en la semana del 7 al 13 de noviembre, tres semanas antes que en el resto de España. En el Principado, la rutina de los tiempos recientes es que la onda empiece a elevarse a finales de diciembre, que alcance su cénit a finales de enero y que comience a bajar en febrero.
Los técnicos de la Consejería de Sanidad de Sanidad no se atreven a realizar pronósticos acerca del comportamiento de la epidemia en los meses venideros. Ante la ausencia de signos externos, la opción que parece contar con más posibilidades es que se reproduzca el patrón epidémico de los años previos a 2016. Con todo, "la gripe siempre es imprevisible", argumentan los especialistas de la Administración regional.
En su informe sobre la gripe referido a la semana pasada, los técnicos constatan en la región se han aislado virus gripales del tipo B, y que la tasa de gripe fue de 22,3 casos por cada 100.000 habitantes, que viene a traducirse en unos 230 casos en esa semana. Por el momento, no han hecho actos de aparición los virus respiratorios sincitiales (VRS), que suelen ser "teloneros" de los gripales (del tipo A) y tienden a retirarse cuando éstos aparecen.
La campaña de vacunación comenzó en Asturias el pasado 16 de octubre. En las tres primeras semanas se inmunizaron 112.872 personas. De ellas, 85.494 tienen más de 64 años, lo que supone que uno de cada tres ciudadanos en esa franja de edad recibió la vacuna. El objetivo de la Consejería de Sanidad se centra, un año más, en proteger al 65 por ciento de los mayores de 65 años. En los últimos tiempos, esta cifra no fue alcanzada pese a la insistencia de las autoridades sanitarias en señalar la vacuna como la mejor aliada de los personas de edad avanzada y de los enfermos crónicos.
La campaña de vacunación se prolongará hasta finales de diciembre. Para esta temporada, Sanidad ha adquirido 207.000 dosis de vacuna trivalente que -según la Administración- "únicamente contiene partículas inactivadas del virus, por lo que en ningún caso puede producir la enfermedad.
