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Vidas partidas por la carretera

"Pierdes la intimidad, lo pierdes todo, pero hay que seguir", dice Marcos Gómez, que se quedó sin movilidad tras un accidente de tráfico hace siete años

Gemma Rodríguez, Eduardo Llano, Marcos Gómez Gallego y su madre, Pauli Gallego. MIKI LÓPEZ

"Quedé colgando del cinturón de seguridad. Era como un muñeco con los brazos y las piernas para abajo, no los podía mover. En ese momento vi que la cosa no era una tontería", aseguró Marcos Gómez Gallego, ovetense de 49 años, que lleva siete años tetrapléjico tras un accidente de tráfico con su furgoneta en La Magdalena (León). Los palés de la parte trasera del furgón se movieron y le sacaron fuera de la autopista. A partir de ahí, una lucha continua. "Los primeros meses lo pasé muy mal, a base de psiquiatras. En Toledo (el Hospital Nacional de Parapléjicos) vi casos peores que el mío. Te preguntas: ¿qué hago? ¿Me tiro por el balcón o tiro para adelante? Hay que seguir. Con lo activo que era yo, pasé a depender de que todo el mundo te haga la limpieza. Pierdes la intimidad, lo pierdes todo", añadió este vecino de La Corredoria.

A su lado, su madre, Pauli Gallego, se lamentó de que no le haya quedado movimiento siquiera en una mano. "Pero no tiene complejo, y hace hasta los recados", indicó. No sólo eso. Se ha involucrado a fondo en la Asociación de Lesionados Medulares (Aspaym) y lucha por la eliminación de las barreras.

"Hay demasiada confianza al volante, hasta que te ves en una silla de ruedas. Con lo barato que sale pagarte un taxi en vez de pagarte otra birra", añadió Marcos Gómez, que lleva ingresado unos días en el HUCA por una infección. Marcos Gómez fue una de las víctimas de tráfico que ayer recibieron la visita en el hospital de la directora de la Asociación de Víctimas de Tráfico (Avata), Gemma Rodríguez, dos miembros del grupo motero Asturguardianes -el policía Diego Sueiro y el guardia civil Jeremías Mayor- y el presidente de Aspaym, Eduardo Llano. Una visita que llega tras el peor mes de octubre en cuanto a víctimas de tráfico en Asturias, que ya arrastra seis fallecidos más que el año pasado. El domingo, Avata celebra el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico con un acto a la una de la tarde en la plaza de la Escandalera. Esta vez habrá un recuerdo especial para los moteros, que suponen la mitad de los fallecidos de este año.

Motero era el luarqués José María García García, que en 2001 quedó parapléjico en un accidente en Salas. Lleva desde el verano en el HUCA para curarse de lesiones producidas por el roce con la silla de ruedas. "Me salí de la carretera. Aún no sé cómo ocurrió. Iba despacio, a 80 o 90, con una Piaggio. De repente me vi con la rueda metida en la cuneta. Estuve cuatro meses ingresado. Tenía lesiones en la rodilla, la médula, ocho costillas rotas, los dos pulmones perforados", relató. "El primer año lo pasé mal. Al segundo año empiezas a recuperar. Más que apoyo de la gente, se siente conmiseración", aseguró. Lo que de verdad le ha dado la vida son sus dos niñas de 7 años, a las que atiende como cualquier padre. "Son mi trabajo", añadió. "Y veo todas las carreras de moto los domingos", aseguró este antiguo trabajador de hostelería. Lo peor, las barreras arquitectónicas, pero en Luarca ha mejorado mucho. "Aún queda el desnivel cero de los bordillos", indicó

En el HUCA la comitiva visitó a otros pacientes, como una joven que sufrió un accidente de moto el pasado septiembre y a la que los médicos le han dicho que tendrán que amputarle parcialmente una pierna. Una chica joven, que llevaba casco, pero un coche irrumpió en la calzada. Ella pasa ahora por lo peor, con la ayuda de su familia. Ayer recuperó por un momento la sonrisa.

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