Los políticos asturianos debatieron durante toda la semana sobre el estado de la región, con la mirada puesta en los presupuestos generales de la comunidad para el próximo año, pero en realidad el futuro de Asturias se está jugando fuera. Y tenemos poca voz y voto en ese "partido".
El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, Javier Suárez Pandiello, pone el foco en otro debate que va a tener lugar a partir de la semana entrante, pero en Madrid. Es el de la nueva Ley del Cupo Vasco, ese chollo fiscal que beneficia de manera determinante a las tres provincias de Euskadi y a la comunidad de Navarra.
"Se va a consolidar una situación de inequidad permanente, dando a unos determinados territorios una parte extra que les permite jugar en otra división, pero el problema es que ellos [vascos y navarros] son los que compiten con nosotros, los asturianos".
Y en esto del cupo vasco no hay ideologías o, por decirlo de otra forma, las hay pero de acuerdo. Votarán previsiblemente a favor el PP, el PSOE y Podemos. Y, por supuesto, los vascos.
Mientras tanto el sociólogo Óscar Rodríguez Buznego asume que "tenemos problemas relativos a nuestra posición en el Estado de las autonomías, con un Gobierno regional que se encuentra en una situación que hace casi imposible que pueda hacer nada".
Buznego reconoce que siguió de cerca del debate sobre el estado de la región de días atrás. "Fue un debate de ecos, de voces que a los asturianos les suenan de otras ocasiones. Hay una redundancia de temas y planteamientos y así es difícil sacar conclusiones sustanciales".
El catedrático de Análisis Geográfico de la Universidad de Oviedo, Felipe Fernández, pide con urgencia una "planificación estratégica de la ordenación territorial" porque el actual mapa supone un freno a muchas de las posibles soluciones. Fernández, coordinador del Plan Demográfico del Principado 2017-27, asegura que "es imprescindible una nueva división comarcal adecuándola a la realidad de la región".
Suárez Pandiello habla de "incertidumbre", la que genera todo el ruido catalán, la polémica energética y, puestos a mirar de puertas hacia adentro, "la falta de dirección política y liderazgo en Asturias, se mire por donde se mire".
En Asturias también hay victimismo, cuestión esta que no es privativa de los catalanes -opina-. "Nos quejamos de ellos pero somos igual de llorones y con la misma tendencia a mirarnos el ombligo".
Buznego abunda en esta opinión de Pandiello. "Somos una comunidad con problemas pero no hay que dramatizarlos. Otras están igual. Lo que me produce una cierta ansiedad es la reacción de la sociedad asturiana que, ante el bajo rendimiento de sus instituciones políticas, adopta una actitud pasiva, distraída, resignada, impotente y conformista". Asegura el profesor de la Universidad de Oviedo que "cabría esperar que esta sociedad, por historia y nivel educativo, tuviera mayor implicación y mayor exigencia".
Buznego lamenta que "apenas se entró en los debates de la Junta en el tema de la financiación autonómica. Sería ingenio y hasta irresponsable no prestarle atención".
Periféricos e inmersos en una sangría demográfica. Es difícil contar en el reparto de la financiación autonómica "cuando el 70% del territorio de Asturias tiene ya casi imposible su recuperación", señala Felipe Fernández.
"España es un país de agravios comparativos", recuerda Suárez Pandiello.
