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José Hermida, exjefe de la Comandancia de Oviedo: "Ya hay casi tantas mujeres asesinadas como víctimas del terrorismo"

El general, jefe de la VI Zona de la Guardia Civil en la Comunidad Valenciana, afirma que "daba la sensación de que el agente de policía era la pieza a cobrar antes y tras el referéndum en Cataluña; han aguantado mucho, la verdad"

El general José Hermida. LEVANTE-EMV

El general José Hermida Blanco, jefe de la Guardia Civil en la Comunidad Valenciana desde hace unos días, confiesa que es "más de calle que de despacho". Fue jefe de la Guardia Civil en la Comandancia de Oviedo desde 2007 a 2010. Afable, templado y risueño, desgrana sin aspavientos los destinos, casi todos operativos, que le ha n llevado por medio mundo: desde la jefatura antidroga de toda Galicia a la agrupación de Tráfico de esa comunidad, pasando por el año que vivió en Washington (de donde se trajo un buen inglés y muchas anécdotas) y durante el cual montó la seguridad de la Embajada española.

- La jefatura de la Guardia Civil en la Comunidad Valenciana es una de las más complicadas ¿Cómo afronta este nuevo destino?

-Como un reto, pero también como un premio: recién ascendido me han otorgado uno de los destinos con más peso dentro de la Guardia Civil. Es la jefatura más importante después de Andalucía y Madrid, por el número de habitantes, por su problemática y por la plantilla. Es una gran responsabilidad, sobre todo teniendo en cuenta quién me ha precedido [en referencia al teniente general Fernando Santafé].

- ¿Qué tipos delictivos le roban más el sueño?

-La violencia de género. Es prioritaria, tanto para los cuerpos de seguridad como para la sociedad en general. Si sumas las mujeres asesinadas en episodios de violencia de género, estamos ya en cifras similares a las del terrorismo. Es un problema muy serio. A continuación, situaría los delitos contra el patrimonio, que generan mucha inquietud y desazón a la población. Más que el valor de lo sustraído, es el sentimiento de violación de la intimidad cuando entran en tu casa. Hay ahí una percepción subjetiva de la seguridad que es muy difícil combatir.

- Los asesinatos machistas de mujeres y de niños siguen aumentando. ¿Qué hacemos mal?

-Si lo supiéramos, podríamos corregirlo. Es un asunto muy complicado. Para empezar, como ocurre con el terrorismo yihadista, es muy difícil prevenir conductas delictivas cuando al autor no le importa perder su vida en esa acción. Hablo de los que se suicidan tras matar. Ahí, la medida de alejamiento no funciona, porque la va a incumplir. Sacar a la víctima de su entorno y evitar que el agresor la localice también es una medida, pero es una doble condena para la propia víctima. Es tan complejo, que todos estamos trabajando en ello y no hemos conseguido cortar la violencia de género de forma tajante. El quid de la cuestión es empezar por lo más básico: la educación. Tenemos un plan director para prevenir la violencia de género en los colegios para enseñar a los chicos algo tan primario como el respeto a la mujer, algo básico que se ha perdido y que hay que recuperar. Nos hemos confiado en que era una meta ya alcanzada, pero no es así. A nosotros se nos inculcó, cierto que desde un enfoque machista, y ahora hay que recuperar esa enseñanza, pero explicada desde la igualdad.

- La mujer entró en la Guardia Civil en 1993. ¿Por qué sólo ha y un 11% en el cuerpo?

-Quizás no resulta un trabajo suficientemente atractivo para una mujer, no lo sé. Hace 25 años que la mujer se incorporó al cuerpo y nunca ha habido limitaciones de ningún tipo. En cuanto a la conciliación de la vida laboral y familiar, tenemos una legislación vanguardista en este momento, dentro de las limitaciones que impone un cuerpo policial. Quizás los destinos, que comportan constantes cambios de ciudad, pueden ser un condicionante.

- ¿Cuál es su plan de acción en la lucha contra el yihadismo?

-Tenemos, por desgracia, mucha experiencia en lucha antiterrorista. El terrorismo yihadista es muy distinto al de ETA o Grapo, pero el método de investigación es el mismo, y es eficaz, así que estamos obteniendo muy buenos resultados. Aún así, alguien puede radicalizarse de la noche a la mañana y cometer un atentado con cualquier cosa que tenga a mano, como un vehículo. Buena prueba de que nuestra institución tiene un enorme prestigio es que tenemos ahora mismo a 120 gendarmes franceses formándose en investigación antiterrorista en nuestro colegio de guardias jóvenes de Valdemoro.

- ¿El desplazamiento de agentes a Cataluña ha comprometido la seguridad en otras comunidades?

-No, porque sólo hemos desplazado unidades de reserva (antidisturbios) del mando, pero eso no ha afectado a las unidades territoriales.

- El trato que recibieron los agentes desplazados allí en los días anteriores y posteriores al referéndum, ¿no retrotrae a los duros años en el País Vasco?

-Buena pregunta, sí. Daba la sensación de que el agente de policía era la pieza a cobrar. Han aguantado mucho, la verdad.

- ¿Qué le parece la actual lucha por la equiparación salarial de la asociación Jusapol?

-Es una reivindicación histórica. El hecho de que una policía autonómica, que desarrolla su trabajo en una comunidad autónoma, perciba unos salarios muy superiores a los que puede percibir una policía estatal, chirría un poco. Es una reivindicación muy comprensible. Si de mí dependiera y tuviera presupuesto, claro que lo haría. Pero hay otros condicionantes. Ojalá llegue a buen puerto.

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