La polémica por los cambios de función de un grupo de psiquiatras del área sanitaria de Oviedo se ha puesto incandescente. Izquierda Unida ha denunciado que considera un "tufo machista" mezclar sus críticas a la reorganización del área de Salud Mental con el hecho de que una de las afectadas sea la esposa del diputado de IU Gaspar Llamazares, y ha pedido que intervenga el Instituto de la Mujer. La autora de las medidas que incluye estos cambios es Beatriz Camporro, directora de Salud Mental del área sanitaria con cabecera en Oviedo, quien ha recibido el apoyo explícito del gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa) y, esta misma mañana, el del portavoz del Gobierno regional, Guillermo Martínez.

Alejandro Suárez, secretario de organización de IU en Asturias, ha subrayado que si el Gobierno no cambia de actitud "será imposible construir una pluralidad de izquierdas".

Según Alejandro Suárez, nada tiene que ver el rechazo frontal de IU con el hecho de que a Ana Isabel González, esposa de Llamazares, se le haya comunicado el traslado de un centro de La Corredoria a otro de San Lázaro (Oviedo). "Tratar de defender los cambios acudiendo para desvirtuar las críticas a parentescos es un acto de cinismo impresentable que, además, oculta, en este caso, un intolerable tufo machista", señala el dirigente de la coalición, quien añade: "Ciertamente, la mujer del portavoz de IU forma parte del personal funcionario del área de Psiquiatría de Oviedo, con una acreditada carrera profesional dentro y fuera de Asturias. Ligar las críticas a parentescos sólo denota la fragilidad de las justificaciones del Sespa", precisa.

Otro afectado por los cambios, que pasaría de una función a otra dentro del complejo de Salud Mental de La Corredoria, es José María Fernández, quien en el pasado reciente ocupó dos cargos de mucha relevancia en el Servicio de Salud con gobiernos socialistas: primero, responsable de la unidad de coordinación de Salud Mental del Sespa, y después director de Servicios Sanitarios número dos en la jerarquía de mando del Sespa, entre 2013 y 2015.

En un comunicado difundido esta mañana, Izquierda Unida exige al Gobierno "respeto y que corte de raíz comportamientos intolerables de dirigentes del Sespa, que para ocultar su propia incapacidad lanzan insidias tratando de parapetarse bajo escudos humanos". "La filtración interesada por parte del servicio de salud asturiano de que una de las personas afectadas por el cambio es la mujer de Gaspar Llamazares, sólo se hace con el ánimo empañar la crítica política a lo que es la voladura por parte de la Administración sanitaria del modelo de salud mental", argumenta Alejandro Suárez.

El secretario de organización arremete contra el Gobierno, porque "cada vez que tiene un problema, en vez de solucionarlo, genera dos más y, en este caso, como decimos, con un tufo machista realmente nauseabundo y que va a influir en las relaciones con Izquierda Unida". El dirigente de IU se ha preguntado si el Instituto de la Mujer permanecerá ajeno a la situación.

Frente a lo que tilda de "enroque", Alejandro Suárez reclama "diálogo y seriedad": "Éste es un Gobierno que, o cambia de actitud, o no podremos construir una pluralidad de izquierdas. El drama de la izquierda en Asturias es que, y lo demuestran comentarios como los de hoy del Sespa, hay una vieja realidad, que no acaba de morir, y hay una nueva realidad de la izquierda a la que no dejan nacer. Y esa es una decisión que tiene que tomar el Presidente del Gobierno".

El portavoz del Gobierno regional, Guillermo Martínez, respaldó al término del Consejo de Gobierno la reorganización acometida por la dirección del área de gestión de Salud Mental del Area IV, la de Oviedo. El consejero portavoz afirmó que la responsable de ese puesto fue designada tras un procedimiento público "con respeto a los principios de igualdad, mérito y capacidad" en el que se valoró su proyecto. El portavoz del Gobierno asturiano quiso dejar patente "su respeto absoluto" a la gestión de Beatriz Camporro.