Para el 2020 la UE dictamina que todos los edificios que se construyan deberán tener un consumo de energía contaminante casi nulo. Si se consigue el reto se habrá dado un paso medioambiental de gigante porque los edificios de nuestras ciudades consumen el 50% de la energía, el 16% del agua y emiten entre el 28 y el 36 por ciento de CO2.

El arquitecto y urbanista Arturo Gutiérrez de Terán alertó ayer sobre los planes urbanísticos rígidos "que generan modificaciones constantes y que nos llevan al descontrol". Las leyes del suelo -añadió- "no pueden tener una duración ilimitada, nunca la han tenido". Terán pronunció la conferencia "Urbanismo y cambio climático", presentado por el jurista Javier Junceda, en el Colegio de Abogados de Oviedo.

El que fuera consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente apuesta por la "ciudad compacta" frente a la "ciudad dispersa". "Si el mundo construyera ciudades al modo norteamericano necesitaríamos tres o cuatro planetas".

Hay en Asturias unas 600.000 viviendas (450.000 son primeras residencias). Y hay en España 1,5 millones de viviendas de más de cien años. La rehabilitación -dijo- se constituye como el pilar fundamental de un futuro "en el que nuestras ciudades van a crecer menos".