Cuando uno acaricia a "Nuka", un robot con forma de un entrañable bebé foca, se mueve y se acurruca mimosa hacia su interlocutor. El animal, comercializado por la empresa asturiana Adele Robots, es el máximo ejemplo de la tecnología al servicio de la salud sin efectos secundarios y, además, causa furor entre los japoneses, que lo han adquirido como animal de compañía. De Dinamarca, sin embargo, han recibido pedidos de hasta 1.200 unidades para centros de mayores y otros equipamientos. En España únicamente han vendido siete "Nukas", explicó el ingeniero de Adele Robots, Francisco Martín, quien remarcó que los robots sociales funcionan como facilitadores de diferentes terapias -también con niños- y en España "los necesitaremos en pocos años porque seremos de los países más envejecidos".