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Habla la exmujer de José Bretón: "Me reconfortaría saber que el asesino de mis hijos ha muerto"

"Si una mujer tiene miedo, debe contarlo", aconseja Ruth Ortiz

Ruth Ortiz. LNE

Es toda una declaración de intenciones la gran sonrisa que luce Ruth Ortiz en la fotografía que ha cedido a LA NUEVA ESPAÑA para acompañar esta entrevista, con motivo del Día contra la violencia machista que se celebra mañana. Intención de seguir adelante con su vida, de superar -que no olvidar- la tragedia y de dar un mensaje de esperanza a otras víctimas como ella. Su exmarido (el tristemente célebre José Bretón, ahora en la cárcel) mató a sus dos hijos de 6 y 8 años, Ruth y José, en octubre de 2011: los quemó en una hoguera. En Huelva, su ciudad natal, Ruth Ortiz mira hacia adelante, más fuerte que nunca, rodeada de su familia y pareja. Ejerce de veterinaria y sigue de cerca cualquier asunto relacionado con la violencia de género, al tiempo que trata de ayudar a otras víctimas como ella.

- Ha creado un grupo a través del móvil, "Las Luchadoras", con otras mujeres en su misma situación.

-Estamos en contacto en total seis: Margarita, Gema, María, Bárbara, Julia y yo. Todas hemos perdido a nuestros hijos asesinados por nuestras parejas y quien era su padre, menos María, cuya hija fue asesinada por el exnovio de una amiga y, en el caso de Gema, el asesino de su hija fue su pareja, pero no era el padre de la pequeña. Nadie mejor que nosotras para entender y empatizar con cada uno de los momentos que hemos tenido que sobrellevar y superar. Compartimos las inquietudes que tenemos respecto a la atención prestada a mujeres como nosotras. Apoyamos todas las iniciativas que ayuden a evitar que esto siga ocurriendo y también las que ayudan a las que, por desgracia, lo hemos sufrido y seguirán sufriéndolo.

- ¿Cómo les gustaría que fueran las cosas?

-Nos gustaría que el reciente Pacto de Estado contra la violencia de género se lleve a cabo con todas sus medidas y que se sigan ampliando las que ya hay. En este texto es donde por primera vez se nos reconoce como víctimas de violencia de género. Nos gustaría que hubiera mucha, mucha, prevención, que una gran parte del presupuesto fuera para prevenir. El que nos reconozcan a partir de ahora como víctimas supone que tenemos los mismos derechos (los pocos que hay) que cualquier otra víctima. A pesar de que el reconocimiento ha llegado hace poco, a algunas de nosotras (yo entre ellas) sí nos han dado ayudas, como por ejemplo la RAI (Renta activa de inserción), una ayuda totalmente necesaria (aunque muy escasa, son unos cuatrocientos euros y pico) para poder sobrevivir durante el tiempo en el que estamos recuperándonos de tan durísimo golpe y durante el que no puedes trabajar. Y digo que nos da para sobrevivir porque las familias son las que tienen que pagar desde la terapia específica que necesitamos a los abogados: no vale cualquiera que no tenga el suficiente tiempo para dedicarle al caso, por lo menos a mí no me hubiera valido para conseguir que se le hiciera justicia a mis hijos. Son numerosos gastos y nosotras no podemos trabajar en ese momento.

- ¿Cómo han sido estos seis años para usted?

-Duros, los tres primeros, los peores de mi vida, después, cada vez mejor, cada vez más recuperada. He tenido mucho, mucho apoyo de todos y eso me ha ayudado mucho. Poco a poco iba poniéndome metas a conseguir.

- ¿Su terapia?

-Es mi amor a la vida, el no conformarme; es pensar todos los días que, a pesar de todo, la vida es maravillosa, que puede traerme cosas buenas; pensar que estoy viva y que tengo la obligación y el derecho a vivir, por mí y por los que me rodean, y si además con mi ejemplo de superación puedo ayudar a otras mujeres, mucho mejor. Luchar contra el machismo y todo lo que le rodea también me da fuerzas, creo que otra educación en igualdad es posible y mientras me quede vida lucharé porque así sea.

- Su caso es, quizás, el más conocido y usted, sin quererlo, se ha convertido en un símbolo de las víctimas del machismo. ¿Cansada de esta imagen pública o es un estímulo para luchar?

-Algunas veces sí me siento cansada de ser esa imagen pública y, aunque me he acostumbrado, me gustaría pasar desapercibida en la mayoría de las ocasiones. Pero como digo, no he tenido más remedio que acostumbrarme. Otras veces me da aliento porque siento el cariño de la gente.

- ¿Qué diría a las mujeres que teman pasar por algo similar?

-Cuando una mujer tiene miedo, es por algo y no se suele equivocar; si llega ese momento, sin ninguna duda tiene que denunciar y contar a todos los que la rodean su miedo, nunca permanecer en el silencio.

- ¿Usted puede perdonar a su verdugo?

-El perdón no es posible, no hay perdón para el asesino de mis hijos. Me reconfortaría enterarme de que ha muerto. Y si cada año que pasa, él queda más y más en el olvido, sí se puede pasar página y olvidar. Yo puedo olvidarme de todo el pasado, menos de mis hijos.

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