Proclamas de un amor romántico que se traduce en la entrega, por parte de la chica, de todas sus contraseñas de redes sociales como modo de ganarse el favor del chico al que ama, quien realmente las emplea como herramienta de control, e incluso de acoso. Así se resume el panorama dominante de la violencia de género entre jóvenes y adolescentes, según los expertos que ayer participaron en un coloquio celebrado en el salón de actos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), moderado por Rocío Allande, coordinadora de gestión asistencial del Servicio de Salud (Sespa).

"Las chicas hacen cesiones de su libertad que no vienen a cuento, como una supuesta señal de amor que no es tal, porque al final se convierte en una herramienta de control", explicó Juan José Alonso Tresguerres, profesor de Filosofía del instituto Galileo Galilei, de Navia. Henar Suárez, trabajadora social y responsable de formación del área de Mieres, hizo hincapié en el "compromiso de los profesionales sanitarios" frente a la violencia de género, pero también en las dificultades que les acarrea el hecho de no poder trabajar con evidencias. A juicio de José Luis García González, inspector de la Policía Nacional, entre los jóvenes se percibe una "tolerancia" hacia conductas "que ven normales y que, en realidad, son casos de control". Desde el Centro Asesor de la Mujer del Ayuntamiento de Oviedo, la abogada Eva Rubio indicó que en las generaciones jóvenes "las primeras fases de la dominación, normalmente a través de las redes sociales, son más sutiles y difíciles de identificar". Y Charo Álvarez, psicóloga del mismo organismo, apuntó que "la raíz de la violencia de género está en la desigualdad, y nuestras jóvenes siguen sufriendo violencia con unas formas muy parecidas a las de las mujeres adultas".