El presidente del Principado pasó por la orilla de la crítica a su partido y en el debate sobre el apoyo del PSOE a la nueva expresión del concierto económico vasco esquivó ayer el reproche explícito que su consejero de Infraestructuras sí quiso hacer el jueves. Javier Fernández cargó la responsabilidad de la gestión del cambio de modelo sobre las espaldas del Gobierno de Mariano Rajoy, dijo una vez más que el Ejecutivo no debió haber antepuesto la negociación bilateral del cupo vasco -recién finalizada- al diálogo multilateral sobre la reforma del sistema de financiación autonómica -todavía pendiente-, y sin censura directa a los suyos repitió que no le agrada el resultado.

Reincidió en que "dentro del cupo, es decir, del pago al Estado de las competencias no asumidas, hoy no se contempla ninguna contribución del País Vasco al fondo de nivelación de servicios públicos esenciales" y que Euskadi debería haber sido conminada a hacer aportaciones a esos mecanismos de solidaridad colectivos, pero su depuración de culpas frenó ahí. "Esa es la posición". El PP sacó adelante su modelo con los votos a favor del PSOE, pero de este detalle no dijo el Presidente ayer expresamente nada más que otra vez eso, que "la responsabilidad de haber negociado de manera simultánea es del Gobierno de España. Luego, que cada uno saque sus conclusiones respecto a los apoyos que ha tenido".

Él, no consta si mordiéndose la lengua, renunció ayer a sacar las suyas. Pasaba la crítica explícita por alto en un asunto espinoso que ya amenaza con empezar a poner a prueba la resistencia de la bicefalia recién estrenada en el PSOE asturiano. Un día antes, en la Junta, el consejero de Infraestructuras de su Gobierno, Fernando Lastra, había criticado abiertamente al PSOE por sumarse en el Congreso a los grupos que dieron respaldo al nuevo cupo -todos, salvo Ciudadanos y Compromís- y "beneficiar" al PP allanando el camino hacia la aprobación de su presupuesto con el respaldo del PNV. Sin reproches abiertos al PSOE, Javier Fernández tampoco desautorizó ayer a su Consejero, ariete del Gobierno contra la posición socialista en el Congreso.