Un abrigo, un paraguas o simplemente un teléfono móvil pueden ser tus aliados para repeler un intento de violación. Lo único que hace falta es saber cómo utilizarlo. Para ello, el club Krav Magá Gijón realizó hoy un seminario gratuito en el Pabellón de El Llano con alrededor de trescientas participantes e impartido por la que está considerada como "mejor instructora de krav magá del mundo", la israelí Avivit Cohen.

"La violencia contra las mujeres, la mayoría de las veces, se da en el entorno doméstico, cuando el hombre controla a la mujer diciéndole qué puede y qué no puede hacer", aseguró ayer Cohen, "esa violencia está al mismo nivel que la física, los hombres les dicen que lo hacen porque las quieren y ahí está el problema, tienen que darse cuenta".

Sin embargo, Cohen instruyó durante el día de hoy a las mujeres sobre cómo reaccionar en el caso de un ataque físico. "Puedes mearte en los pantalones o puedes actuar", enfatizó la instructora, "nosotros les tenemos que dar las herramientas para saber qué hacer, cómo sacar ventaja de la desventaja física".

Cohen hace especial hincapié en que "no puedes parecer tímida, tienes que demostrar que eres fuerte, que no tienes miedo, que sabes cómo actuar,". Para la instructora, "si no sabes qué hacer, estás en problemas, te quedas en shock. Pero si tienes práctica, conoces tu cuerpo y qué puedes hacer con él, puedes escapar sin problemas" porque para Cohen, eso es el krav magá: "poder escapar sin ser lesionado".

El seminario está organizado por Armando Carriles, instructor del club, que asegura que "la sensación de inseguridad que se ve ahora, yo no la veía hace 10 años". Fruto de este sentimiento generalizado, cada vez se apuntan más y más mujeres a sus clases, sumando ya más de medio centenar. "Vienen padres con chicas jóvenes que van a empezar a salir y tienen miedo de que les pase algo", explicita.

Para Carriles, el problema surge, en parte, de la propia sociedad, que es la que "las hace sentir víctimas". Nada más lejos de la realidad. "Una chica es totalmente autosuficiente para defenderse, no necesitan de un príncipe azul que las defienda, sólo saber hacer bien las cosas: prevención, conocimiento del entorno o saber dónde golpear", arguye. Y eso es precisamente lo que se trabaja en sus clases. "Practicamos situaciones reales de combate, en la calle o incluso en bares de copas, en baños, para que, si se da la situación, sepan cómo actuar", relata Carriles, que define el krav magá como "un sistema de combate de defensa personal cuyo único objetivo es que funcione en la calle". Y avisa: "las chicas que lo prueban, se enganchan".