Más de la mitad de los profesionales de enfermería en Asturias sufren el síndrome del profesional 'quemado' y siete de cada diez padecen estrés. Por su parte, ocho de cada diez considera que el ambiente laboral se ha deteriorado y siete de cada diez está convencido de que la atención que se presta a los pacientes ha empeorado en los últimos años.

Estas son algunas de las principales conclusiones obtenidas en Asturias por el estudio 'Percepción de estrés en los Profesionales de Enfermería en España. Comparativa 2012-2017', que ha elaborado el Sindicato de Enfermería, Satse, gracias a la opinión reflejada por el colectivo a través de una encuesta realizada a enfermeras en activo de todo el país durante los meses de febrero y marzo.

Según explica la Secretaria General Autonómica de Satse Asturias, Margot Marqués, el principal objetivo del estudio ha sido realizar un diagnóstico sobre la situación actual de los profesionales enfermeros y del sistema sanitario, así como su evolución en los últimos años después de los "recortes en recursos humanos y materiales sufridos en todos los servicios de salud".

Recordó que hace cinco años se elaboró un estudio de similares características y, tras comparar los resultados del actual trabajo con el anterior, Satse ha constatado que la situación de los profesionales y delsistema sanitario, no solo no ha mejorado, sino que, en muchos aspectos, ha empeorado.

En la encuesta realizada, los profesionales alertan sobre sus malas condiciones laborales, así como del déficit de plantillas, lo que provoca un deterioro de la calidad asistencial que se presta a los ciudadanos, según ha informado Satse a través de una nota de prensa.

Reconocen que su ambiente laboral se ha deteriorado y no tienen tiempo ni recursos humanos necesarios para prestar la atención más adecuada a sus pacientes, ha añadido. "Como consecuencia de esta situación, su salud e integridad física se sigue resintiendo, año tras año, y continúan sufriendo estrés y otras dolencias y enfermedades en un porcentaje muy alto", explica.

Los principales resultados del estudio en el Principado de Asturias son que siete de cada diez profesionales (76%) se siente estresado, cinco de cada diez (56%), "quemado" y cerca de seis de cada diez (58%) sufre agotamiento emocional.

Asimismo, muchos profesionales manifiestan dolencias y síntomas físicos, por ejemplo, un 94% padece tensión muscular; un 84%, nerviosismo, temor o angustia; un 44% sufre problemas sexuales, y un 94% tiene trastornos del sueño.

De otro lado, siete de cada diez (70%) cree que la atención a los pacientes ha empeorado, y ocho de cada diez (83%) considera que no hay personal suficiente. También ocho de cada diez (86%) no dispone del tiempo necesario en su jornada laboral para atender a los pacientes como desearía.

Además, nueve (95%) de cada diez enfermeras entiende que han empeorado sus condiciones de trabajo, y 8 de cada diez (80%) cree que el ambiente laboral se ha deteriorado.