"Es una gran pérdida para este pueblo, siempre lleno de alegría y con la sonrisa por delante, siempre dispuesto a ayudar", aseguraba ayer Olaya Arboleya, una vecina de Rozaes de 21 años, entristecida por el final que ha tenido el joven de la localidad. "Era un pedazo de pan, un chaval muy noble", añadía otro residente de este pequeño pueblo, realmente fastidiado por la muerte de Adrián. En Casa Eladia, todo eran buenas palabras hacia un joven que "iba a su bola, a su aire, tranquilo y sin meterse en líos". Cuando salía por la Villa, lo hacía solo, aunque era muy conocido, y siempre invitaba a los vecinos del pueblo con los que se encontraba. Por semana, se dejaba caer por Casa Eladia.

Desde que se divorció, se había ido a vivir con su abuela a Rozaes, donde cholleaba en lo que podía, desde trabajos de construcción -actividad en la que había trabajado cuando residía Gijón con la que fuera su mujer y la hija de ambos, que ahora tiene diez años- hasta "pañar manzanas", como aseguró un familiar lejano suyo Roberto Díaz, que no podía esconder el impacto que le había causado el suceso. "Esto es un jarro de agua fría para quienes le conocíamos, morir así, con 32 años, es una gran pena", se lamentaba. Este mismo familiar lejano recordaba la participación del fallecido en la feria de Camoca, cerca de Rozaes.

Algunos vecinos llamaron la atención sobre la mala suerte de esta familia. Hace unos 17 años, un hermano del fallecido quedó reducido a una silla de ruedas tras sufrir un grave accidente de tráfico. La casa amarilla en la que el asesinado vivía con su abuela estaba ayer cerrada a cal y canto. Adrián Gancedo será recordado como un buen vecino, que no buscaba enfrentamientos con nadie, lo que hace aún más dolorosa su pérdida. Algún vecino indicó que su niña acudía al pueblo algún fin de semana desde Gijón. Todos tenían en mente el dolor que vivirá está niña al verse privada de un padre a una edad tan temprana. Quienes le conocían admiten que el fallecido adoraba a su hija y que intentaba ser un buen padre para la pequeña.

Ayer aún era pronto para saber cuándo tendrán lugar las exequias de Adrián Gancedo. El cadáver permanecía en el Instituto de Medicina Legal, en La Corredoria, a la espera de que los forenses practicasen la autopsia. Una vez se realice este trámite, necesario para conocer de forma fehaciente las causas del fallecimiento, así como otras circunstancias relacionadas con los hechos, los restos mortales serán trasladados presumiblemente al tanatorio de Villaviciosa, cuyo personal fue el encargado de trasladar el cuerpo desde el lugar de la muerte a Oviedo. En Rozaes, y en toda Villaviciosa, este crimen dejará huella.