Resultaba misión imposible encontrar sitio ayer en la iglesia parroquial de Villaviciosa. Centenares de personas abarrotaron el edificio para despedir a Adrián Gancedo, el vecino de Rozaes de 32 años que murió en la madrugada del domingo a causa de las puñaladas que presuntamente le propinó Brayan Tuero. Los testigos afirman que la víctima trataba de mediar en un conflicto entre Tuero y su progenitor cuando resultó mortalmente herido en la calle de copas Manuel Bedriñana de Villaviciosa. Por eso muchos de sus vecinos describían ayer entre lágrimas al finado como "un hombre humilde y bueno que no se metía con nadie: un héroe".

El silencio fue máximo cuando el coche fúnebre aparcó ayer junto a la iglesia con los restos de Gancedo. Varios amigos de la víctima fueron los encargados de portar el féretro hacia el interior del edificio. Lo hicieron con dolor y con rabia porque consideraban que "Patones" -como lo conocían cariñosamente en la zona por su gran altura- no se merecía tan trágico final.

El párroco de Villaviciosa, Jorge Cabal, tuvo palabras de apoyo para la familia. "Esta tarde somos participes de una tragedia que no sólo experimentan los que conocieron a Adrián. Toda la Villa está afectada", dijo. Y añadió: "El mal no debe tener la última palabra en nuestra vida. No podemos quedarnos sólo con un sufrimiento enorme. Hay que encontrar sentido a las cosas que nos pasan".

Los padres de Gancedo ocuparon la primera fila de la iglesia. Detrás autoridades como el alcalde Alejandro Vega y colectivos de la Villa se despedían entre lágrimas del fallecido, que tenía una hija pequeña. La Corporación municipal dedicará esta tarde un minuto de silencio en recuerdo de la víctima en el pleno que se celebra esta tarde.

La misa por el descanso de Gancedo fue cantada por el coro local y a los oficios acudieron representantes de agrupaciones vecinales, como la de baile Lisa Lafranchi, de la que forma parte Begoña Solares, madre del fallecido. "Ante una tragedia tan grande no hay consuelo pero queremos que al menos sepan que cuentan con todo nuestro apoyo", dijeron. En la misma línea se expresó Eva Solares, de la asociación de vecinos de Rozaes. "Gancedo era servicial y bromista. Un buen hombre con mala suerte", dijo.

Los asistentes al funeral pidieron "justicia" y que los responsables de la pelea que causó la muerte del maliayés "paguen por ello". Tres personas declararon en el Juzgado de Villaviciosa el pasado martes por el altercado: Tuero, a quien se le encontró el arma del crimen y fue enviado a prisión preventiva tras negarse a declarar; Dahiana Magali P. que tendrá que comparecer cada lunes en el Juzgado acusada por un delito de lesiones y Sergio S, que no contaba con antecedentes y quedó libre. "Como padres tenemos miedo de que gente tan conflictiva ande por la Villa", señalaban ayer amigas de los familiares.