La Universidad de Oviedo quiere implicar al tejido empresarial de la región para garantizar que las prácticas de sus alumnos sean remuneradas. El asunto ha alcanzado esta semana eco nacional al debatirse en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley, a propuesta de Unidos Podemos, para eliminar la precariedad actual de los becarios, que en muchos casos carecen de percepción económica.
En la Universidad de Oviedo, los estudiantes que realizaron prácticas externas remuneradas en el curso 2016-17 fueron 768. Este tipo de prácticas, explica el Rector, son un complemento formativo importante para el estudiantado porque les permite conocer un ámbito diferente al de la Universidad, aproximándose a lo que puede ser su trabajo futuro. "Nuestro objetivo", continúa García Granda, "es que todas las prácticas sean remuneradas". Y en el caso excepcional de que no hubiera remuneración, la idea es que sean prácticas "de calidad y permitan ampliar la formación de los estudiantes, situándolos en el mercado laboral". Para poder incrementar el número de prácticas que cuentan con salario, el máximo responsable de la institución académica apela a la implicación del tejido empresarial, de las instituciones y de los agentes sociales. Lo conveniente, añade García Granda, es que las actuales prácticas curriculares, a veces de una duración muy corta (120 horas), pudiesen, además, ser ampliadas dentro de un margen prudencial y de forma opcional para quienes lo deseen, con el fin de permitir así una formación más óptima.
A juicio del Rector, las prácticas efectuadas en el seno de una entidad empresarial suponen "un plus de experiencia que enriquece el currículo" de los estudiantes. Por eso, agrega el responsable académico, "desde la Universidad creemos que es muy interesante este primer contacto con el mundo laboral, relacionado, además, con la titulación que el estudiante ha escogido". El enriquecimiento para el sector empresarial también es notable, según el Rector, pues los estudiantes "son los mejores embajadores de la Universidad en las empresas, de forma que muchas veces las empresas descubren en ellos (y en las correspondientes titulaciones) competencias que desconocían".
El nexo con la titulación
Ahora bien, no por ser remuneradas sirven cualquier tipo de prácticas, advierte García Granda en su llamada a la colaboración del tejido empresarial de la región. Los tutores universitarios cuentan con mecanismos para controlar que lo que se haga en esas prácticas se corresponda con competencias relacionadas con la titulación. "En esa tarea estamos poniendo especial empeño en lograrlo", concluye Santiago García Granda en su reflexión sobre este asunto.
Esta semana, el Pleno de la Cámara Baja apoyó la tramitación de la proposición planteada por la coalición de izquierdas que busca restringir las prácticas académicas externas al ámbito universitario, de forma que una empresa que quiera seguir contando con un becario tenga que contratarlo una vez que éste finalice sus estudios. La iniciativa de Unidos Podemos encontró el apoyo del PSOE, Esquerra Republicana, PDeCAT, Compromís, Bildu, Foro Asturias, Nueva Canarias y Coalición Canaria. El PP y el PNV votaron en contra, mientras que Ciudadanos se abstuvo. El diputado de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca, justificó su apoyo porque a la ley de Unidos Podemos reguladora de las prácticas académicas universitarias externas "porque incide sobre las mismas y promueve una regulación más exigente para evitar los fraudes y abusos sobre nuestros universitarios en torno a la obligación de realizarlas para completar la titulación, hacer currículum y coger experiencia".
