La diócesis de Oviedo tiene desde ayer tres nuevos diáconos permanentes, y ya son cinco. Para los no iniciados, la figura requiere explicación: casados, con hijos, trabajo y, a la vez, vocación religiosa y de servicio. Ligados a la Iglesia y a la vida parroquial dieron ayer en el Seminario de Oviedo un paso más de compromiso, que también les supondrá algunas obligaciones.

El Orden de Diaconado permanente les permitirá predicar, bautizar y casar, pero no confesar ni consagrar. Tampoco podrán impartir la unción de enfermos. Ayer, revestidos con sus nuevos hábitos y al lado del arzobispo Jesús Sanz Montes, se permitieron el lujo de dar la comunión a su familia más cercana, incluidas sus mujeres.

Son José Juan García, abogado, casado, dos hijos de 12 y 7 años, de Mieres; José María Sauras, madrileño de 67 años, licenciado en Ciencias de la Información y exjefe de prensa de la Policía, en Oviedo, ciudad en la que reside desde hace tres décadas, y Santos Benjamín Ferrera, de Sotrondio, casado, con una hija que reside en el Reino Unido.

"Ellos responden -dijo el arzobispo Sanz Montes en su homilía- a una llamada que desde su vocación bautismal y matrimonial han ido poco a poco madurando. Fueron llamados para formar una familia que Dios ha bendecido con hijos... No han sido llamados al ministerio presbiterial, pero sí a dar el alto testimonio de la caridad".

Serán el complemento perfecto para el duro trabajo parroquial en sus respectivos destinos, convertidos ya, entre otras cosas, en "especiales catequistas", dijo Sanz Montes. "Que no haya lágrima que no encuentre en su ministerio un consuelo, ni pregunta que no halle en su servicio un atisbo de respuesta".

Llegan los tres después de haber superado tres cursos de Ciencias Religiosas y de haber pasado el filtro del arzobispado. También para ellos, como ocurre en las ceremonias de sacerdotado, se reproduce el rito de la pregunta del arzobispo: "¿son dignos?".

Asturias apenas cuenta con la figura del diácono permanente, cosa que no ocurre en otras comunidades. Hace dos años fueron ordenados los dos primeros diáconos y parece ser que han cantera y se sumarán algunos más en los próximos años.

En la homilía, Jesús Sanz Montes contó una anécdota. Hace unos días el arzobispo recibió a los nuevos diáconos permanentes junto a sus esposas. José Juan García y Belén, su mujer, tuvieron que ausentarse "para ir a recoger a los peques", dijeron. Los otros dos matrimonios se quedaron. "Uno de nuestros hijos tiene 32 años y ya va solo para casa", explicaron José María Sauras y su esposa Carmen.

José Juan García, que fue concejal del PP en Mieres, y Santos Ferrera, concedieron el pasado jueves una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA. García relataba otra anécdota: "Mi hijo Lucas, de 7 años, me dijo: en el cole dicen que vas a ser cura. ¿Seguirás siendo mi papá?".

Las dudas del crío también son las dudas de algunos mayores. José Juan García, Santos Ferrera y José María Sauras no serán curas pero estarán cerca de ellos.