La Comisión Europea, en respuesta a una pregunta planteada por el eurodiputado socialista asturiano Jonás Fernández, ratificó ayer como una condición indispensable la exigencia de que los túneles de la Variante de Pajares abran paso a los trenes de mercancías. Violeta Bulc, comisaria de Transportes, recuerda a España que los proyectos relacionados con el paso ferroviario bajo la Cordillera Cantábrica fueron cofinanciados con fondos europeos "con el fin de hacer posible el tráfico de viajeros y mercancías". La toma de posición de la Comisión, que no hace más que reafirmar una condición impuesta desde el origen del proyecto, urge al Ministerio de Fomento a demostrar que tendrá una solución técnica que permita el paso de convoyes de carga por las vías de ancho estándar que el Gobierno prevé instalar en los tubos de Pajares desde que cambió de planes y abjuró del ancho ibérico cediendo a las exigencias de Foro.

Eso en las condiciones actuales no sería técnicamente posible, razón que motiva la pregunta de Jonás Fernández. Los impedimentos se sustancian en que los vagones de mercancías de ancho variable -los que podrían pasar del ancho ibérico de la red interna asturiana al estándar que tendría la Variante- son aún un prototipo en fase de ensayo, pendiente además de la homologación de la Agencia Ferroviaria Europea, y en que esta tecnología ni siquiera ha sido desarrollada para las locomotoras. Violeta Bulc replica con la certeza de que "desde un punto de vista técnico, existen soluciones que permiten el cambio de ancho de vía", pero añade la pretensión de "cerciorarse" de su viabilidad. A la pregunta del europarlamentario respecto a las medidas que adoptará la UE para asegurar el tráfico mixto en los túneles, la titular de Transportes responde que "la Comisión examinará este asunto con las autoridades españolas para cerciorarse de que esta operación puede llevarse a cabo con eficacia".

La reacción supone que mantener abierta la vieja rampa de Pajares para las mercancías no es una opción a los ojos de Europa y aumenta la presión sobre el Gobierno español, que deberá esforzarse por demostrar que dispone de una alternativa fiable para que los trenes de carga circulen por la Variante en ancho estándar.