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España se arriesga a tener que devolver las ayudas si no abre la Variante a mercancías

Los 650 millones de euros de fondos europeos invertidos se vinculan al tráfico mixto

La restricción del paso de trenes de mercancías por la Variante de Pajares puede tener un precio que cuente los euros por cientos de millones. Una vez ratificada la exigencia europea del tráfico mixto por los túneles, una vez borrada a los ojos de la Comisión la alternativa de la vieja rampa abierta para el uso de los convoyes mercantes, España podría exponerse a una reclamación de la devolución de las ayudas recibidas para el calado de la Cordillera. La posibilidad asoma en el horizonte una vez que la comisaria de Transportes, Violeta Bulc, ha reafirmado esta semana a requerimiento del eurodiputado socialista asturiano Jonás Fernández que la financiación de la obra con cargo a los fondos europeos va firmemente ligada al paso de pasajeros y mercancías y que su departamento "examinará este asunto con las autoridades españolas" para "cerciorarse" de que la alternativa técnica que elija el Gobierno puede ser desarrollada "con eficacia".

La respuesta apremia a Fomento y aumenta la presión para resolver el laberinto técnico en el que se ha convertido el paso de los trenes mercantes por los tubos desde que cambió de planes para optar por las vías de ancho estándar en la Variante. El problema sigue siendo que esa solución es todavía precaria y que no hay convoyes de carga que puedan circular por vías de anchos variables. Desde el viraje del Ministerio y su decisión de equipar la Variante con vías de ancho estándar, el paso de trenes mercantes depende del progreso de una tecnología de vagones de doble eje que aún se encuentra en inmadura fase de pruebas, que ni siquiera cuenta con desarrollo alguno para las locomotoras y que aún debe ser homologada por la Agencia Ferroviaria Europea.

Expertos en asuntos europeos no descartan, en esas circunstancias, que un escenario futuro en el que todo eso se retrase y obstruya la salida de las mercancías por la Variante pueda abocar a una reclamación de las ayudas, que ascienden a 650 millones de euros de un total de 4.000 según la precisión que hace Jonás Fernández en su pregunta a la Comisaria. Los especialistas consultados añaden que, además de la UE, el Principado y la Junta de Castilla y León podrían reclamar su parte, dado que ambos gobiernos destinaron a la obra cantidades con cargo a los Fondos Feder. "Habría un procedimiento de infracción y habría que ver lo que sucede", conjetura el eurodiputado. Todavía "no me atrevo a ponerme en esa situación, pero no la descarto. La Comisión deja claro que su cofinanciación exige el paso de mercancías y pasajeros, que existen métodos técnicos para conseguirlo y que estará vigilante para asegurar que se cumple el objetivo para el que la financiación fue concedida". Si no, la simple hipótesis de que "en último término pueda llegar a tener que enfrentarse a una reclamación de devolución del dinero recibido" no hace sino confirmar, a su juicio, el "disparate" de la decisión del Gobierno de cambiar sus planes para el ancho de las vías de la Variante y el "disparate mayor de quien lo propone", Foro.

Otros especialistas consultados asumen esa posibilidad como escenario de futuro si finalmente se confirma que el proceso de homologación europea que aún deben superar los trenes de mercancías de ancho variable se promete "largo". El eje variable para mercancías es aún un prototipo en fase de pruebas que consisten en recorrer 200.000 kilómetros por líneas de ancho ibérico y 50.000 por vías de dimensiones estándar, además de efectuar 500 cambios de ancho. Los planes de Fomento convertirían a la Variante en una "isla" de ancho estándar rodeada por líneas de dimensiones ibéricas, a un lado el trazado interno asturiano y al otro el de León hacia el Sur, toda vez que la línea de AVE León-Madrid es exclusiva para trenes de pasajeros y los mercantes utilizan la línea convencional. En esas condiciones, incluso contando con el éxito de la tecnología del eje variable, el ancho estándar en la Variante obligaría a instalar dos cambiadores de ancho específicos para mercancías -el sistema es distintos del que usan los trenes de pasajeros-, uno en Campomanes y otro en León, y a utilizar tres locomotoras por cada convoy.

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