Drogó a unas adolescentes de entre 17 y 14 años, que estaban en el centro de menores del Parque de Invierno, y aprovechó que la mayor se había mareado para acostarse con ella en la cama y violarla. El fiscal pide penas que suman 11 años de cárcel para G. R. F., un dominicano de 44 años, por un delito de tráfico de drogas y y otro de agresión sexual. Los hechos ocurrieron el 3 de septiembre del año pasado y mañana van a ser juzgados en la sección segunda de la Audiencia Provincial.

La víctima de la violación salió del centro de menores con cuatro amigas y se encontraron con el novio de una de ellas, que las invitó a ir a casa del procesado, un piso de Oviedo donde tenía alquilada una habitación. Una vez alli, le acusado les ofreció consumir marihuana y les dio lo necesario para preparar un “porro”, que lió la joven luego violada.. Luego les entregó más marihuana, con la que liaron un segundo “porro”. Además les dio a beber vodka, que tomaron las menores, a quienes ofreció unos polvillos de una sustancia desconocida, a la que se refería como "M", polvillos que mezcló con la bebida y que las menores tomaron. Todo indica que se trataba de "ice" o metanfetamina, o alguna otra sustancia de diseño. Una de las chicas probó la bebida y decidió marcharse al sentirse mal.

La chica de 17 años comenzó a sentirse mal, mareada, con vista borrosa y nauseas. La acompañaron al baño, donde vomitó, y luego la acostaron en la cama de la habitación del procesado. También se acostaron con ella otras dos chicas. El procesado se quitó la ropa, se metió en la cama y, aprovechando que la mayor se había quedado dormida, le quitó la ropa y abusó sexualmente de ella, lo que causó que la chica se despertara y, al ver al procesado sobre ella, asustada, le dijo: "¿Qué haces?". El respondió diciendo: “Ay, qué rico, mami”. Como pudo, la chica se lo quitó de encima y corrió al baño, donde se encontró con las otras dos, a las que contó lo sucedido. Las tres volvieron a la habitación y allí se echaron de nuevo en la cama (una vestida con un chándal), pues se encontraban mal.

El procesado volvió a la carga, pero la chica logró evitarlo y se fue del piso con sus amigas.La noche del día siguiente, las amigas de la chica insistieron en volver a la habitación del procesado y ella, por no quedarse sola, las acompañó, y aunque aquél volvió a ofrecerles alcohol y marihuana, que las menores aceptaron, ella no consumió ni la bebida ni la droga por temor a sufrir algún tipo de agresión o acoso. Aparte de las penas de prisión, el fiscal pide para el acusado, que está prisión desde que ocurrieron los hechos, alejamiento de la víctima durante siete años.