El cambio legislativo aprobado por el Congreso de los Diputados y en virtud del cuál los animales ya han dejado de ser "cosas" para el ordenamiento jurídico español (que ahora les considera seres vivos) va a tener consecuencias prácticas en los juzgados de familia. Y no va a tardar mucho, tal y como alertaba en un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA el magistrado Ángel Luis Campo, de la Audiencia Provincial de Asturias. "Si actualmente los juzgados de familia se ven colapsados con miles de cuestiones incidentales, derivadas del cumplimiento del régimen de comunicaciones, pagos de las pensiones, gastos extraordinarios, entrega de ropa en los intercambios, ese colapso se verá incrementado por las controversias que sobre esas materias surjan en relación a las mascotas. Pese a ello, dudo que se mejoren los medios, instalaciones y número de juzgados especializados", sentencia Campo.