Hoteles, guarderías, playas, peluquerías, restaurantes, cafeterías y hasta gimnasios. Son muchas las mascotas que viven como reyes. Y es que sus propietarios no los consideran cosas, sino seres vivos que forman parte fundamental de la familia y son tratadas como un miembro más. Ahora, este sentimiento ya está recogido por escrito en una proposición de ley que ya ha iniciado su tramitación en el Congreso para que los animales dejen de ser considerados cosas para ser "seres vivos dotados de sensibilidad". En Asturias existe una verdadera red de atención y servicios para ellos, y cada vez son más los establecimientos públicos que permiten su acceso, fundamentalmente en la hostelería. Gijón es un ejemplo palpable, con un incremento del número de negocios en los que dueños y mascotas pueden compartir café, caña, y comida.
Elena Rey regenta uno de esos negocios en Gijón en los que los dueños llegan con sus mascotas y pueden compartir tiempo y espacio plácidamente. "Ésta es una ciudad muy perruna. Es muy difícil salir a la calle y no encontrarte a gente que esté paseando con su perro", asegura la hostelera.
"Me quedé sin trabajo y a mi edad ya era imposible encontrarlo, así que con mi hermana y con mi hija me decidí a montar una cafetería", relata Elena Rey. Su hermana tiene un perro, "Teo", que tenía que estar con ellas en el negocio. "Así que decidimos que igual que estaba nuestro perro podían estar los de nuestros clientes", explica.
Y posiblemente ahí estuvo el éxito de un negocio que ya cumple los cuatro años y que va viento en popa. "Tienen que estar bien enseñados, y entonces no te enteras ni de que están aquí. Una vez había cinco clientes en una mesa y cada uno con su perro. Nos enteramos cuando se fueron. Ni se movieron", asegura Elena Rey.
En La Felguera (Langreo) existe una cafetería que en su parte trasera cuenta con una zona de ocio para perros con cintas de ejercicio. O dicho de otro modo, un gimnasio para que hagan sus kilómetros de carrera mientras sus dueños se toman un refrigerio.
Son servicios para que los reyes de la casa se sientan como tal en todo lugar y momento.
Los animales de compañía, al ser considerados como "cosas", son un "bien mueble" más, lo que significa que, por ejemplo, pueden ser embargados en función de su valor monetario, o incluidos en una herencia. ¿Y qué pasa en caso de divorcio? Pues existe un vacío legal para el que nadie tiene respuesta. Con la propuesta legislativa que cuenta con el apoyo de todos los partidos en el Congreso, España avanzará en la misma dirección que otros países europeos, como Portugal, Alemania, Suiza, Francia y Austria, donde ya la legislación reconoce a las mascotas y a sus derechos a ser tratados como seres vivos con sentimientos.
Frente a los maltratos a los que se ven sometidos muchos animales, y a las enormes dificultades e inseguridad en las que viven otros, muchos son sin embargo verdaderos "amos" de la casa. Y los expertos alertan del riesgo de "pasarse" para el otro lado. Por eso matizan en la definición: son animales no humanos, seres dotados de sensibilidad, y así es como la sociedad les debe ver y tratar, en base a unos valores éticos y morales que respetan y defienden las "libertades animales": libre de sed y de hambre; de incomodidad, dolor, lesiones y enfermedades; de expresar comportamientos anormales para su especie; y de miedo y angustia. Es en este sentido en el que las personas deben, según los especialistas, tratar y atender las necesidades del resto de especies.
La teoría está clara para algunos, pero en la práctica, la mascota es uno más en el hogar y recibe los mismos cuidados que cualquier miembro de la familia. Hay personas que se pueden dejar todos los meses cientos de euros en una peluquería para que su perro luzca un hermoso aspecto. Cada vez hay más establecimientos hoteleros que permiten la estancia con animales de compañía.
