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Último intento para salvar al urogallo

El Principado fía el futuro de la especie a la ayuda privada y a su manejo en cautividad, a la vista de su "situación crítica" en libertad

Último intento para salvar al urogallo

El Gobierno del Principado fía a la colaboración económica de la iniciativa privada la conservación del urogallo. Pero no en su hábitat, sino en cautividad. Las autoridades asturianas han decidido reaccionar ante la "situación crítica" que vive el urogallo cantábrico, en vías de extinción. En vista de que el futuro de esta especie en libertad parece más que incierto, la Consejería de Medio Ambiente ha decidido invitar a la iniciativa privada a participar en su conservación.

Con el proyecto "Life+ Urogallo cantábrico" ya finalizado (sin resultados positivos, pues la población de la especie no se ha recuperado), y a la espera de una reunión de expertos este mes, el Principado ha decidido apostar por la conservación de ese patrimonio genético en cautividad. El "cuartel general" de operaciones será el centro de cría de Sobrescobio. Y la idea, duplicar los recursos económicos destinados a esa sede, con aportaciones privadas. No habrá, por tanto, derivación de más recursos propios de la Consejería de Medio Ambiente que los actuales. Las autoridades autonómicas confían en que esta propuesta cristalice y "llegue a buen puerto".

La iniciativa del Principado cuenta ya con el refrendo del Ministerio de Medio Ambiente. "Más que recursos, lo que nos ocupa ahora es ver cómo entramos todos a participar" en la conservación del urogallo, señalaron fuentes de la Consejería.

En el proyecto de Presupuestos del Principado para 2018 aparece una partida de 25.000 euros para obras y acondicionamiento del centro de recuperación de la fauna de Sobrescobio. Además, en el apartado denominado "Acciones" de la memoria de objetivos del departamento de Recursos Naturales aparece otra cita: "Potenciación de actuaciones para la recuperación del urogallo cantábrico con especial atención a los depredadores".

El urogallo cantábrico, a instancias del Gobierno del Principado, fue declarado "en situación crítica" debido a su alto riesgo de extinción, durante la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, presidida por la ministra Isabel García Tejerina, el pasado mes de julio. Según una investigación de la Universidad Católica de Ávila, el ave perdió en los últimos veinte o treinta años el 50 por ciento de su área de distribución. Actualmente, ocupa sólo 1.700 kilómetros de la cordillera Cantábrica, entre Asturias y León. También se ha localizado algún ejemplar en Cantabria. El último censo, de 2005, contabilizaba en esta área menos de 500 ejemplares, una cifra que ha descendido de forma radical en los últimos años, hasta menos de 300. De hecho, la población suroccidental de la especie, la mejor conservada, no supera los cien ejemplares y la mayoría de sus individuos son machos (en una proporción de tres a dos), un desequilibrio sexual que acelera aún más su desaparición, según una tesis doctoral de la Universidad de Oviedo elaborada por la bióloga María Cristina Morán.

Seis años del proyecto "Life+" (2010-2016) y casi 6 millones de inversión pública no han logrado frenar el declive de la población; al contrario, se aceleró aún más. El parque nacional de los Picos de Europa realiza en la actualidad diversos trabajos en torno a esta especie, básicamente, en corrección y señalización de cerramientos ganaderos en zonas potenciales urogalleras. Además se realizan batidas para eliminar jabalíes en las cercanías de zonas con potencial presencia del urogallo. En la temporada 2016-17 se abatieron en el parque nacional 29 ejemplares de jabalí, en Liébana y Tresviso (Cantabria), Cabrales y Caín (León). Finalmente, la supresión de cacerías durante diciembre, enero y febrero en las zonas coincidentes con áreas potenciales de urogallo es una práctica que se incluye en el plan anual de caza de la reserva de Saja (Cantabria) desde hace años.

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