Desde que gobierna Javier Fernández, en los años pares toca prórroga. La de 2018 será la tercera en cinco años y ayer la cocinó la Junta reescribiendo la historia de una fractura política conocida que derribó el proyecto de Presupuesto del Gobierno con los votos unidos de Podemos, PP, Foro y Ciudadanos. El PSOE lo defendió con el soporte único e insuficiente de IU hasta que el plan decayó por falta de acuerdo, con 19 votos frente a 26, siguiendo los pasos de los de 2016 y 2014 hacia la segunda prórroga en los tres presupuestos de esta legislatura. Los años impares son los de las cuentas salvadas con apoyo del PP.

En un debate hipertenso, con algún áspero intercambio de reproches y más de un lanzamiento de facturas enquistadas de cuentas pendientes, el fracaso del último intento de acercamiento entre el Gobierno y Podemos dejó a Asturias sin Presupuesto mientras los seis grupos parlamentarios emprendían al unísono una huida conjunta de las culpas de la prórroga. La formación morada no retiró su veto y las enmiendas de totalidad salieron adelante no sin antes dejar que la cámara escuchase cómo Podemos y el Gobierno se enviaban la misma acusación de ida y vuelta, afeando cada uno al otro que en realidad nunca hubiera tenido ninguna gana de llegar a un acuerdo.

"Ustedes están en fuga", terminó el portavoz de Podemos, Emilio León. "Da igual cuánto corramos detrás de ustedes poniéndoselo fácil, porque huyen en estampida". Hablaba sin mencionarla de su última oferta -gratuidad para los alumnos ya matriculados en las escuelas infantiles, dos millones de euros- y en su réplica la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, agotó el último cartucho respondiéndole en el mismo tono que "no me extraña que hayan presentado su propuesta en un parque infantil -el miércoles, en el Campo San Francisco de Oviedo- en lugar de en una escuela, porque todo lo suyo va de juegos. No de educación, ni de equidad, ni de conciliación, ni de servicios públicos".

Era el final. Los dos se llamaron al último esfuerzo, pero su tiempo se había agotado hacía tiempo. Aun así, a esta representación repleta de fuegos de artificio le faltaba un último gesto. Ya que el Ejecutivo aseguró que necesitaba analizar con calma el tránsito de las escuelas para menores de tres años hacia la integración en la red pública y la gratuidad, León les invitó "a que traigan otra vez las cuentas en marzo y contarán con nuestro apoyo" si incluyen sus propuestas. Ya nadie le respondió dentro del hemiciclo; fuera, Javier Fernández despachó la cuestión con un "no lo contemplo".

Las dos partes que tenían hasta el último momento en su mano la salvación del proyecto llegaron ayer a la Junta sabiendo que necesitaban la suerte del Gordo de la lotería. No cayó aquí. La crónica de esta muerte anunciada escribió su último episodio agotando la munición de los dos bandos más o menos cuando la Consejera dejó caer que los podemistas, que han presumido de concreción y flexibilidad en esta negociación presupuestaria, que aún ayer dijeron que vendían su apoyo "barato", "no han sido del todo claros" en sus conversaciones con el Gobierno. Carcedo venía de repetir que no se opone a la gratuidad e integración progresiva de las escuelas infantiles en la red pública y de justificar su negativa al gratis total inmediato señalando posibles agravios comparativos, el peligro de consagrar una injusticia y "poner en riesgo el sistema público al no tener capacidad para extender el modelo de un día para otro" ni respuesta para los usuarios que pregunten "por qué otros reciben el servicio gratis y nosotros no".

Una enmienda a la gestión

Podemos teatralizó la espera hasta el último momento. El resto de la oposición había anunciado lo que haría, del asentimiento de IU al rechazo frontal del resto. Ayer, en el turno de justificación de sus enmiendas de totalidad, los menos proclives a aceptar repitieron argumentos para explicar por qué se niegan. Extendieron su enmienda a toda la gestión del Gobierno y las portavoces de PP y Foro, Mercedes Fernández y Cristina Coto, desembocaron en una nueva petición de renuncia del Presidente, la primera porque "no está a la altura del cargo"; la segunda porque "se ha convertido en una rémora triste para esta tierra".

La portavoz del PP denostó el Presupuesto por su perseverancia en la pretensión de "freír a impuestos a los asturianos y apostar por la Asturias decadente y subvencionada" y reprochó a la izquierda su persistente incapacidad para el acuerdo en un "juego de egos" que se ha demostrado estéril. Nicanor García (Ciudadanos) lamentó unas cuentas que se le aparecen "continuistas, pero para peor" y "poco estimulantes para la economía", que "van a generar pocas oportunidades de empleo y nos va a dejar en la cola del crecimiento" y de paso expandió la enmienda al "proyecto político inercial" que a su juicio tiene el Gobierno del Principado.

En el turno de la defensa, el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, hizo un balance insatisfactorio de la legislatura, pero aseguró que este Presupuesto "expansivo e inversor" con la marca social de su grupo planteaba un escenario mejor que la prórroga y "puede", podía, "ser una palanca que nos permitiera cambiar los modos de gestión y los liderazgos". Lamentó que los grupos enmendantes "hayan pactado presupuestos en todo el país", que "no valga en Asturias lo que sí vale en La Mancha o Galicia", e interpretó lo sucedido como un doloroso fracaso de la política, como un indicio de una crisis que "va por todos, los viejos y los nuevos, las derechas y las izquierdas". "Hoy nos vamos a deslegitimar todos", concluyó.