Un día después del baño de millones, en Candás ya van a por el Niño. La administración de Helio García del Busto, que vendió íntegramente un cuarto premio de la lotería de Navidad, amaneció ayer con colas. "Vienen a probar suerte otra vez. La gente está contentísima y yo no paro de vender décimos", confiesa el lotero, que no se permite ni un día de descanso. "Abriré también mañana (por hoy) para que nadie se quede sin su número. Cuantos más reparto, más satisfacción tengo", dice, con el mostrador a rebosar de clientes. La terminación más buscada: el 7, la misma (61.207) que dejó en Candás 34 millones de euros.

Los hosteleros Ángel Repinaldo, "Repi", y Feli Espinosa, los otros duendes de la lotería en la villa marinera, seguían ayer dándose besos delante de las cámaras. Uno detrás de otro. "Ahora somos famosinos. Salí más en la televisión que el del Gordo", afirma entre risas el propietario de la sidrería Casa Repinaldo, que repartió el cuarto premio en forma de participaciones con 10.000 euros.

A su familia y a él también les tocó, pero "no lo suficiente para jubilarme", asegura el hostelero: "Aquí sigo y aquí seguiré", insiste detrás de la barra. "El premio sólo da para pagar pufos. Hay que seguir trabajando, porque tengo tres fíos (Aarón, Aida y Ángela), una además de 10 años". La pequeña Ángela ya pide a sus padres un regalo especial para Reyes, que, seguro, no le faltará el 6 de enero.

Pese a la fortuna, la lotería no cambió nada en Casa Repinaldo. Ayer Feli Espinosa preparaba en la cocina el menú del día y José Vidal Calzón echaba culinos de sidra, como siempre. "De primero tenemos a escoger entre tabla de embutidos y sopa de marisco. Y de segundo, costillas al horno o sartén de setas. La sopa la hago buenísima y con este frío entra sola", asegura la candasina, que dirige junto a Repinaldo la céntrica sidrería.

- Pero, ¿no van a hacer nada especial con el premio?

-Después de Reyes, como hacemos todos los años, cerraremos unos días el bar. Siempre vamos a Canarias en busca de calor. Yo es que alégrome más por la gente que por mí. Nunca fui hombre de aspiraciones.

El hostelero, que siente que el premio le ha hecho justicia después de años de aprietos económicos, repartió el número 61.207 por media España. "Lo que tocó en La Felguera lo mandé yo: 1.600 euros en participaciones. También nos llamaron de Barcelona, de Valladolid, de Canarias... Los veraneantes se llevaron mucho", cuenta. Ahora al eslogan de "Sardinas de oro", que cuelga del toldo de la terraza de su sidrería, "Repi" va a tener que añadir: "Suerte de oro". De hecho, el empresario ya piensa en "dar más premios" y en poner incluso una administración de lotería: "Ya le dije a Helio que cuando se retire que me la traspase", recalca.

Pero el lotero no está dispuesto a abandonar su suerte. "Seguiré aquí toda la vida, no está en venta", remata.