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La lección de esfuerzo de una ovetense con parálisis cerebral: doctora "cum laude"

María García Fraile consigue la máxima nota en la Universidad de Salamanca con una tesis doctoral sobre envejecimiento y discapacidad

María García Fraile, con Antonio Aguado, uno de sus directores de tesis, en segundo plano. MIKI LÓPEZ

María García Fraile se convirtió hace unas semanas en la primera doctora de la familia. Leyó su tesis doctoral en Salamanca y lo hizo de una forma especial, adaptada a sus limitaciones funcionales.

María, ovetense de toda la vida, tiene parálisis cerebral y acaba de lograr un hito que no es inédito pero sí muy infrecuente en la Universidad española. Ella, 43 años con cara de niña feliz, le resta importancia. El profesor jubilado del departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo, Antonio Aguado, uno de sus dos directores de tesis, se la da y mucha.

La historia de María García está presidida por la capacidad de superación. Realizó los estudios de Trabajo Social, en Asturias, y se licenció en Sociología en la Universidad de Salamanca (en Oviedo no existía esa licenciatura). Cuando acabó Sociología se decidió a abordar un máster sobre integración de personas con capacidad. Y del máster, a la tesis doctoral.

Aguado le anima a que diga la nota. Ella sonríe, y su director de tesis es el que responde: sobresaliente cum laude.

La tesis se centraba en el envejecimiento en personas con parálisis cerebral. "Fue el resultado de diez años de trabajo, pero no de forma continuada -explica-. Lo dejé y lo reanudé muchas veces, entre otras cosas porque a lo largo de todo este tiempo he tenido la oportunidad de trabajar".

María García Fraile es funcionaria interina en la Consejería de Servicios y Derechos Sociales, pero en absoluto ha sido este su único destino laboral. Cuando relata su experiencia el día de la defensa de su investigación doctoral, confiesa que allí hubo nervios.

"Soy la menor de ocho hermanos. A una la engañamos para que no suspendiera sus vacaciones, pero los demás se fueron a escuchar la lectura de mi tesis. Allí estaban también mi madre Loli y mi padre Alfonso, que tiene 93 años. Y mis cuñados... Me dijeron: María, vamos a acompañarte a Salamanca, pero no entramos en la sala". Y allí estaban en primera fila en el salón de grados de la Facultad de Psicología.

La lectura de la tesis tuvo un desarrollo especial. "El secretario del tribunal leyó las transparencias del trabajo, los miembros del tribunal formularon preguntas y tuve media hora para preparar las respuestas".

Lo hizo en una sala contigua, solo en compañía de un miembro de ese tribunal que estaba presidido por María Ángeles Alcedo, de la Universidad de Oviedo, junto a Emiliano Díaz, de la Universidad de Salamanca, y Mónica Santamaría, de la Pontificia. Y esas preguntas del tribunal fueron respondidas no solo por ordenador sino también a viva voz por María García, a pesar de que su mayor dificultad funcional está precisamente ahí, en el habla.

Antonio Aguado, uno de sus directores de tesis junto a la profesora catalana Marta Badia, asegura que el que no estaba nervioso era él. "Sabía de la alta calidad de la investigación y que María no tendría problema alguno. Cuando un director de tesis firma el trabajo es que está dando su visto bueno", dice.

- ¿Cómo define a su alumna María García Fraile?

-Es una persona inteligente, con constancia, con gran capacidad de esfuerzo y que sabe aceptar las críticas.

María García apostilla: "Antonio corrigió bastante, pero siempre para bien. Cómo no iba a aceptar las sugerencias".

La presencia de la familia de la nueva doctora no es fruto de la casualidad. Antonio Aguado asegura que "María no es que tenga un apoyo favorable en su entorno familiar; el suyo es un apoyo óptimo. Y eso explica muchas cosas. Es un gran apoyo pero que no la sustituye".

Una anécdota. Cuando María coge un vaso de agua sus dificultades para acercarlo a la boca son evidentes. "Lo primero que se te ocurre cuando la ves es ayudarla. Y no". María plantea con toda naturalidad una alternativa de cajón: "Basta con no llenar el vaso hasta arriba de agua".

La nueva doctora se adentró en su estudio en un mundo que le toca muy de cerca y con el que tuvo que hacer un esfuerzo "de imparcialidad".

"Una de las conclusiones es que la discapacidad genera un riesgo de envejecimiento prematuro y por eso se requieren más apoyos. Yo tengo la suerte de que puedo moverme pero hay muchas personas que no lo hacen, y eso repercute directamente en la salud". Deterioro de salud, envejecimiento acelerado, barreras sociales y arquitectónicas, déficit de apoyos... "Por fortuna, cada vez hay menos barreras" pero aún queda largo trecho por recorrer.

El envejecimiento, al margen de que cada discapacidad tiene su calendario y sus grados de afectación, está en relación inversamente proporcional a los apoyos recibidos.

La tesis fue presentada en Salamanca, que hace tiempo que se convirtió en la segunda ciudad, tras Oviedo, en la vida de María García Fraile. Recuerda aquella pasada experiencia cuando se fue sola a estudiar Sociología. "Echaba mucho de menos Asturias, y llamaba todos los días a mi madre diciéndole que yo me daba la vuelta. Por fortuna mi madre no me dio la razón y no me dejó volver".

Los años pasaron y María, ya doctora, se dio el lujazo de vivir la noche salmantina, con el sobresaliente cum laude ya conseguido, y en compañía de su madre y algunos íntimos. "A cenar y después de copas. Llegamos a casa a las cuatro y media de la madrugada".

En Salamanca como alumna María se pasó "tres cursos enteros y otros cuatro yendo y viniendo". Esta segunda fase coincidió con el máster impartido en el Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (INICO).

"El mérito de María es especial porque ella venía del ámbito académico de la Sociología y se tuvo que centrar para su tesis doctoral en el mundo de la Psicología", señala Antonio Aguado, que formó parte de un equipo de la Universidad de Oviedo para la investigación del proceso de envejecimiento en personas con discapacidad y de más de treinta y cinco años, y que fue el punto de partida para la tesis doctoral de María García Fraile.

María escribe con ordenador, un método "imprescindible" que le permite avanzar en sus trabajos "aunque logicamente tecleo más lento que los demás".

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