José Fernández Romojaro dirige desde finales de noviembre el primer sindicato de veterinarios de Asturias. SIVEPA nació con una primera voluntad: cambiar la imagen social que arrastra el colectivo, cuyos integrantes son sólo vistos como médicos de mascotas. Ha pasado cerca de un mes desde esa primera reclamación. El sindicato crece a buen ritmo, desde las primeras jornadas. Por el momento, la cuota de inscripción es inexistente y seguirá así hasta que los costes que genere la agrupación así lo permitan.
- ¿Por qué es necesario un sindicato de veterinarios?
-La veterinaria es una de las tres profesiones sanitarias, pero los políticos se han olvidado de ello y nos ven como meros cuidadores de animales. A la hora de legislar, progresivamente nos han sacado del sistema de salud, sin que eso preocupara al sector. Sin embargo, ahora que ha pasado el tiempo vemos las consecuencias. Existe una distorsión del mercado laboral, tenemos más facultades de Veterinaria que Alemania, Francia e Italia juntas. Producimos una ingente cantidad de profesionales, un superávit de veterinarios, lo que ha traído una caída de las condiciones laborales. A ello hay que sumarle problemas de salud pública por estar fuera del sistema sanitario. La suma de esas dos circunstancias ha provocado la proliferación de sindicatos de veterinarios.
- ¿En qué otras comunidades existen este tipo de organizaciones?
-Nosotros tenemos buenas relaciones con Castilla y León, Extremadura y Galicia. Pero sabemos de la existencia de otros colectivos en Cataluña, por ejemplo.
- ¿Qué perjuicios ha experimentado la profesión por estar fuera del Sistema de Salud?
-Sufrimos discriminaciones laborales. En España, no se reconoce la antigüedad de los veterinarios que han trabajado en el extranjero. Las clínicas veterinarias no se consideran centros sanitarios a la hora de desarrollar las leyes. Desparasitar una mascota es un acto de salud pública, sin embargo, las clínicas tienen que pagar un 21 por ciento de IVA, cuando no debería ser así. De esta forma, los precios son más altos, y cuando algo es más caro, menos gente lo hace. Otro grave problema es no tener acceso a las especializaciones. El veterinario estudia parasitología en la carrera, pero no puede tener acceso a ella, siendo una especialización sanitaria. Sin embargo, un químico, que no es una profesión veterinaria, sí que puede ser parasitólogo.
- ¿Debería haber veterinarios en los hospitales?
-Sí, siempre. En los centros de salud los veterinarios son clave, con especialidad o sin ella. Ahora estamos esparcidos por muchos sitios, cuando deberíamos estar integrados en el centro y depender del sistema de salud porque nuestra misión es evitar que un contagio animal o alimentario se expanda al resto de la población. Muchos veterinarios están enfocados más a labores productivas que de prevención de la salud. Es un factor potencial de disminución de calidad.
- ¿Qué acciones va a emprender próximamente SIVEPA?
-Lo primero ahora es agrupar a todo el mundo. Estamos recibiendo muchas afiliaciones, tenemos que hablar con una sola voz. Cuando eso sea así, empezaremos a hablar con los altos cargos y el resto de representantes políticos, porque yo no creo que ellos no quieran hacer las cosas bien, sólo que no están suficientemente informados o tienen otro punto de vista al nuestro. Expondremos nuestras posiciones, que consideramos que son las mejores para la salud pública y para la profesión veterinaria.
- ¿Cuál es la relación con el Colegio de Veterinarios de Asturias?
-Es el origen de este sindicato, la junta actual fue la que promovió los movimiento informativos para crear SIVEPA. Desde el colegio se prometió públicamente todo tipo de ayuda y apoyo. No obstante, a última hora hubo un cambio de criterio. La decisión es que ninguna asociación puede hacer uso de la sede colegial y todo el apoyo prometido se quedó en nada. Esperamos que rectifiquen porque en otras comunidades, sindicato y colegio van de la mano, y necesitamos su apoyo, sobre todo, ahora al principio.
