Urbanista, historiador, jovellanista y gijonés por los cuatro costados. El fallecimiento, esta mañana, del catedrático Moisés Llorden Miñanbres, experto en Historia e Instituciones Económicas, vecino de Somió y socio del Sporting, deja un poco huérfana a Asturias de su saber y de su dedicación académica. En la Universidad de Oviedo llegó a ocupar el cargo de vicerrector de Extensión Universitaria durante el rectorado de Julio Rodríguez, quien que lo consideró mano derecha durante su mandato.
Sus compañeros en la institución docente asturiana le recuerdan como uno de los puntales de la Extensión Universitaria en Gijón, donde llegó a ejercer como director de la Cátedra "Jovellanos" que durante años funcionó en la antigua Escuela de Comercio.
Nacido en la provincia de Zamora, en 1944, tierra de su madre, fue vecino de Gijón desde muy joven, "por tanto me considero asturiano", decía él del lugar donde se casó y donde nacieron también sus tres hijos." Creo que soy tranquilo, dialogante, trabajador, muy familiar... Y estudioso; el estudio no se acaba nunca", comentaba Llordén cuando le preguntaban por su faceta académica.
Su trayectoria escolar fue curiosa. Le gustaban los números y a la hora de elegir carrera hubo de desistir de licenciarse en Ciencias Económicas porque aún no existía esa facultad en la Universidad de Oviedo, y salir de Asturias grababa considerablemente la economía familiar. Optó por ingresar en la Escuela de Peritos Industriales y una vez conseguido el título se dedicó a la enseñanza dando clases particulares. Se abría ante él un nuevo camino, forzado por las circunstancias, pero... En definitiva ese iba a ser su verdadero destino que le llevaría al éxito profesional y al encuentro de su vocación. En medio de sus clases particulares se dijo, ¿por qué no voy a seguir estudiando? Se matriculó en Historia en la Universidad de Oviedo, y cinco años después se licenciaba con Premio Extraordinario. Pasados otros cinco obtuvo sobresaliente cum laude en su tesis doctoral, titulada "La promoción inmobiliaria en Gijón, 1940-1980". Lo sabe todo de Gijón, de cómo intervino la piqueta para llevarse por delante verdaderas joyas arquitectónicas y erigir en su solar infames colmenas de cartón piedra; de cómo el afán recaudatorio de unos y otros conculcaba las leyes para permitir aberraciones tales como dejar el Muro a la sombra; o cómo a la vera de una iglesia de corte románico, o un palacio del siglo XV se alzaba una torre de veinte pisos.
Su curiosidad nunca encontró límites, lo que le llevó a escribir más de veinte libros, muchos de ellos relacionados con Asturias, incluso realizó un estudio de la emigración asturiana que encontró cobijo en Cuba. Fue Comendador de la Orden de don Enrique el Navegante, académico de la correspondiente Portuguesa de la Historia, miembro de número del RIDEA, y patrono del Foro Jovellanos.
El catedrático ocupó también la presidencia de la Fundación Foro Jovellanos, tras una etapa al frente de la junta rectora de la Fundación, de la que era vicepresidente, tras el inesperado fallecimiento del anterior presidente, Juan José Plans. Sucedía también en el cargo a su amigo y compañero en la Universidad, Jesús Menéndez Peláez. De esa misma entidad recibió un cariñoso reconocimiento por su trayectoria, a finales de 2015, coincidiendo con el vigésimo aniversario de la creación de la institución que presidía en ese momento.
Su capilla ardiente ha quedado instalada en el tanatorio de Cabueñes pero no habrá celebración religiosa ni acto de despedida. Llordén será enterrado, en la intimidad familiar, mañana en el cementerio de Deva.