Asturias perdió ayer a uno de sus hijos más notables y fieles a su tierra; y el Derecho quedó un poco huérfano. Aurelio Menéndez (Gijón 1927), exministro de Educación entre los años 1976 y 1977 del gobierno de Adolfo Suárez, falleció ayer en Madrid, pasadas los dos de la tarde, a los 90 años y rodeado de su amplia familia. Ingresó la noche del martes en el hospital Francisco de Asís, en el barrio madrileño de Salamanca, por una afección respiratoria. Allí permaneció acompañado todo el tiempo por sus siete hijos y buena parte de sus nietos. Fue precisamente uno de ellos quien sostuvo la mano de su abuelo durante toda la noche. A media jornada, dejó de respirar dejando conmocionada a una familia que, al tiempo, reconocía la talla humana de un gigante del Derecho, como numerosos académicos le definieron ayer, que llegó a ser magistrado del Tribunal Constitucional.

Maestro inolvidable de centenares de estudiantes de Derecho, profesor y catedrático, fue preceptor del entonces Príncipe de Asturias, hoy rey Felipe VI. Dejó en sus alumnos un recuerdo inolvidable y recibió a lo largo de su vida numerosos reconocimientos, entre ellos el premio "Príncipe de Asturias" de Ciencias Sociales en 1994. Fue fundador, junto al también asturiano Rodrigo Uría González de uno de los despachos más prestigiosos del país: Uría Menéndez, situado a poca distancia del centro sanitario en el que el jurista asturiano falleció ayer.

Hoy a las siete de la tarde se celebrará una ceremonia de despedida en estas instalaciones de la mano del Padre Ángel. Mañana viernes, los restos mortales de Menéndez serán llevados a Asturias donde recibirán sepultura en el panteón familiar de Ceares, donde reposa su esposa Mercedes, fallecida hace una década.

Los siete hijos de Aurelio Menéndez (Mercedes, Aurelio, Belén, Pablo, Begoña, Rodrigo y Gerardo), acompañados de sus nietos, velaron a su padre en la sala 17 del tanatorio de la Paz. Esta sala está ligeramente separada del resto de velatorios y su acceso es más reservado que el de las demás.

Precisamente el Padre Ángel, gran amigo del finado, fue una de las primeras personas que se acercó al Parque de la Paz. A lo largo de los años, Ángel García ha oficiado varios bautizos y comuniones de los hijos y nietos de Menéndez al que recordaba como "un hombre bueno y una gran persona". El Padre Ángel reveló que los familiares de Aurelio "esperaban un poco que esto pudiera suceder, pero deben estar contentos porque han visto como toda la familia estaba unida alrededor de Aurelio". El próximo lunes, pasada la fiesta de Reyes, el Padre Ángel ofrecerá una misa en la madrileña parroquia de San Antón a las 20.00 horas por el alma de Aurelio Menéndez.

Ayer no fueron muchas las personalidades que se acercaron por el Parque de la Paz dada la inmediatez del deceso. Sin embargo, al filo de las ocho y media de la tarde, hizo acto de presencia el cardenal Carlos Osoro, obispo de Madrid y hasta hace poco años obispo de Oviedo, quien dirigió el responso por Aurelio Menéndez.

Entre las muestras oficiales de condolencia resaltó ayer la del ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo. "Se nos ha ido un magnífico jurista, un gran catedrático de Derecho Mercantil, que llegó a ser uno de los máximos expertos españoles en esta materia. Querido por sus alumnos, y estimado por todos los que le conocíamos", dijo el ministro, quien resaltó además el "gran prestigio" de Aurelio Menéndez durante su etapa como ministro, "donde el diálogo y el consenso fueron su seña de identidad, como lo fue toda la etapa de la Transición española".