A diferencia del primer y tercer premio, el segundo premio del sorteo extraordinario del Niño que se celebró ayer estuvo más que repartido y dejó un pequeño pellizco en el concejo allerano. Dos despachos de loterías, situados en las localidades de Caborana y Cabañaquinta, vendieron cada uno un décimo del 18.442, repartiendo 150.000 euros entre dos afortunados que ayer permanecían en el anonimato. Eso sí, "seguro que le ha tocado a alguien que necesita el dinero, más teniendo en cuenta la zona en la que estamos", aseguraba Ana Belén García, que está al frente del despacho de loterías "El bodegón de Caborana", en Caborana.

Ambos décimos, con un premio cada uno de 75.000 euros, fueron vendidos en terminal. Circunstancia por la que las loteras ayer eran incapaces de saber quiénes habían sido los afortunados. "Tiene que ser alguien del pueblo o, todo lo más, un familiar, porque es raro que nos compre un décimo alguien que esté de paso", apuntaba García. Muy distinta hubiese sido la historia si en lugar de ese número hubiera salido el 94.714, un número también de terminal pero que habían sacado como número de la casa. "Lo tenía todo el pueblo, es una pena que no tocase, pero al menos hemos llevado la suerte a una familia", apuntó. De hecho, cuando los vecinos de Caborana se enteraron de que había caído el segundo premio allí, muchos de ellos se acercaron al despacho de loterías para preguntar si era el suyo. "No, mi vida, fue sólo un décimo", les decía la lotera medio apenada.

No es la primera vez que este establecimiento allerano reparte premios entre sus clientes. García regenta el despacho de loterías desde el año 2006, aunque antes estaba al frente del mismo su tío. "Tuvo un bar durante más de treinta años que también tenía despacho de loterías, y cuando cerró el bar me quedé con el despacho", explicó. Hace tres años del último premio que repartió, 100.000 euros correspondientes del Joker de La Primitiva. Dos años antes también dio un pellizco de Euromillones y el mayor premio hasta ahora había sido en 1999, cuando todavía era bar, con dos millones de euros de La Primitiva.

Más nueva en estas lides es Ángela Mejido, que está al frente de la librería Juan, de Cabañaquinta, que también es despacho de loterías y vendió el otro décimo premiado ayer. "Estamos muy contentos con este premio, aunque sólo haya sido un décimo, porque hay mucha gente que necesita el dinero", destacó la lotera. Al igual que el despacho de Caborana, en Cabañaquinta también jugaban un número con muchos vecinos. "Nos ha tocado lo jugado, al igual que en el sorteo de Navidad", apuntó.

El afortunado despacho de loterías de Cabañaquinta lleva sólo dos años de funcionamiento. A pesar de su juventud, ya ha entregado grandes premios. Sin ir más lejos, el pasado mes de septiembre repartió 77.000 euros del sorteo de la bonoloto. "Con este ritmo, esperamos dar muchos más premios, a ver si la próxima vez es para el Gordo de Navidad", subrayó. Al igual que ocurrió en Caborana, muchos fueron los que se acercaron ayer hasta el establecimiento para felicitar a la lotera y, de paso, comprar algún boleto de los próximos sorteos con la intención de que la suerte vuelva a posarse en el concejo allerano. Eso sí, ni rastro del afortunado o afortunados poseedores de ese décimo premiado con 75.0000 euros.

Hasta los dos despachos de loterías de Aller se acercó también Roberto Morales, delegado de Loterías del Estado en Asturias, quien entregó a las loteras el cartel donde se mostraba que habían entregado el segundo premio. Morales señaló que "siempre nos colamos en el sorteo, aunque sea con unos décimos como ha ocurrido aquí en Aller". El responsable en Asturias de Loterías del Estado quiso reseñar que, "aunque sólo fuese un décimo del segundo premio, 75.000 euros es un premio que no amarga a nadie". También resaltó que, aunque los décimos se vendan por terminal como ocurrió en Caborana y Cabañaquinta, "pueden venderse muchos a la vez, ya que algunos despachos los sacan para vender como número de la casa, no tiene que ser siempre un décimo suelto".