Felices pero, al mismo tiempo, exigiendo respuestas a lo sucedido. Así se siente la familia de Gonzalo Montoya Giménez, el preso dado por muerto que "resucitó" cuando iban a practicarle la autopsia. "Lo hemos pasado muy mal, es un caos que nunca se ha visto. Ahora estamos contentos. Ha sido un milagro del Señor. Ha sido gracias al Señor", proclama la familia Montoya.

Gonzalo Montoya, quien estaba realmente vivo pese a que tres médicos certificaron su fallecimiento, se recupera en la UCI del HUCA y en pocas horas podría pasar a planta dada su favorable evolución. En principio, su estado de inconscencia habría sido causado por una sobredosis debida a una ingesta masiva de, al menos, pastillas.

"Él está muy bien, poquito a poco. Ayer ya empezó a hablar con la mujer y por la tarde ya tenía fame. Va recuperando poco a poco", asegura Luis Manuel Montoya, tío del preso "resucitado". Ya se sabe el relato de los hechos de memoria. "El domingo a las siete de la mañana en su celda lo encontraron los funcionarios y dijeron que estaba muerto, vino un médico de la cárcel y también dijo que estaba muerto, y vino otro médico, y también. Y el forense también certificó que estaba muerto. De siete de la mañana a doce del mediodía, son cinco horas que lo tuvieron en el congelador. Entonces le mandaron para hacerle la autopsia. También lo metieron en el congelador y cuando se estaba preparando el forense, el chaval estaba en una bolsa muy cerrada y empezó a moverse. Ahí rápidamente se dieron cuenta. Si el chaval no reacciona, lo matan", asegura.

La familia Montoya denuncia que "hay negligencias", tanto por parte de los médicos como por parte del centro penitenciario de Asturias. "A los presos no los controlan muy bien y les están dando medicamentos para todo el fin de semana y algunos tratan de suicidarse. Y hay trapicheos de medicamentos por tabaco y por todo. Hace un año intentó suicidarse ahorcándose en la celda donde vive otro peso. Le metieron en el hospital de la cárcel. Y está en tratamiento pero no lo controlan, no hay un protocolo a seguir. Hay negligencias. Está todo con un abogado. La policía judicial ha abierto investigación porque hay negligencias de por medio y también en la cárcel, para que controlen un poquito más a los presos", explica Luis Manuel Montoya.

Petición de indulto

Los familiares de Gonzalo insisten en que no le queda mucha pena por cumplir. "Le metieron una condena de 3 años y 6 meses, tiene 29 años, es padre de familia y él no está con esa condena porque mató a nadie o atracó un banco, fue porque robó chatarra para venderla para pan para los hijos. Le quedan seis meses y pedimos que le indulten porque si vuelve para la cárcel, sí que va a salir cadáver. Que esté con la familia, para que le apoyemos y le ayudemos", señala su tío.

Su padre, muy emocionado, reclama lo mismo. "Si se mete de nuevo ahí dentro tengo miedo de que haga lo mismo, ya va la segunda vez, ya se echó la soga al cuello antes. Que lo indulten, por favor que lo indulten, porque si vuelve, sale efectivamente cadáver", afirma José Carlos Montoya, que asegura que las horas en la morgue han dejado secuelas en su hijo. "Pasó la noche fatal, porque le han quedado muchas secuelas por tenerlo metido en el congelador y en la bolsa. Tiene una serie de problemas fatales. Le sacaron cuatro o cinco litros de líquido por la espalda. Está muy hinchado", lamenta.

Al parecer, Gonzalo apenas tiene algún recuerdo de lo sucedido. "Me dijo que recuerda, por último, cuando lo estaban sacando de la bolsa para subirlo a la mesa para la autopsia, que estaba pintado", cuenta su padre.

Ahora, lo que más le preocupa a la familia Montoya, es que Gonzalo, tras su "resurrección" en la morgue, no regrese a prisión. "Si vuelve a la cárcel va a pasar lo que va a pasar. Si el juez está viendo esto y es padre de familia, que nos escuche y lo indulte para buscar una solución. Han jugado con él, tres médicos lo dieron por muerto y resulta que no estaba muerto, estaba muy vivo", sentencia su tío Luis Manuel.