El preso asturiano "resucitado" no entró en ningún momento en la cámara frigorífica del Instituto de Medicina Forense de Oviedo ni sobre la mesa donde se practican las autopsias, según acaba de confirmar el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez.

El recluso fue dado por muerto por los servicios médicos del centro penitenciario de Asturias, que certificaron el fallecimiento, pero fue un auxiliar del Instituto de Medicina Legal y un empleado de la funeraria quienes se percataron, horas después, de que tenía signos vitales y no estaba fallecido. "En ningún momento estuvo en una nevera ni estaba a punto de realizársele la autopsia", ha asegurado Martínez, quien indicó que la dirección del Instituto de Medicina Legal ha corroborado que se actuó conforme al protocolo tras recibir el aviso del fallecimiento desde el centro penitenciario de Asturias.

La secretaria de Asuntos Penitenciarios, con sede en Madrid, ha abierto una investigación para determinar las responsabilidades de este caso que, a juicio de Martínez, "nunca debió producirse".

El preso "resucitado" pedirá salir de la cárcel y una indemnización

El preso fue trasladado ayer de la uci del HUCA a la sexta planta -siempre custodiado por la Guardia Civil- tras mejorar notablemente en su estado, aunque, según su padre, José Carlos Montoya, "tiene los riñones muy inflamados y muchas secuelas por tenerlo metido en el congelador y la bolsa". Gonzalo Montoya Jiménez, de 29 años, recuerda que "lo estaban sacando de la bolsa para subirlo a la mesa para la autopsia y que estaba pintado", añadió el padre, que no tiene duda de que su hijo ingirió "pastillas para matarse". Montoya padre se emocionó al pensar en el futuro de su hijo. "Le queda un poco más de seis meses de estar preso y lo que más quiero en esta vida es que sea indultado, para que no vuelva. Si se mete de nuevo ahí dentro, tengo miedo de que haga lo mismo, y ya va la segunda vez, que ya se echó la soga al cuello antes. Que lo indulten, por favor, que lo indulten, porque si vuelve, sale efectivamente cadáver", suplicó.

Montoya se ha puesto en manos de un abogado conocido, Luis Tuero, quien ya plantea la necesidad de resarcir a esta familia. "Habrá que ver el expediente, los informes médicos, quién certificó el fallecimiento, cómo se hizo, quién comunicó el fallecimiento, porque ha tenido consecuencias", indicó. Tuero se mostró muy molesto con el trato dado a Montoya. "Les quitan la libertad y la dignidad. Como es gitano, que se joda. Si tiene una sobredosis, culpa suya. Lo que es evidente es que no funcionó el protocolo. Se ha producido un error. En el siglo XXI hay medios para determinar si una persona ha fallecido. Pudo haber sido más grave. Y está la desolación de la familia, a la que se informa de que su hijo ha fallecido cuando no es verdad", añadió. Para Tuero es evidente que se ha producido un fallo en el funcionamiento de la Administración y que cabe una demanda ante Instituciones Penitenciarias. En cuanto a la excarcelación que pide la familia, Tuero cree que hay vías, como la libertad condicional por una enfermedad incurable, en el caso de Gonzalo Montoya, psiquiátrica.