Las ansias de ahorro de los asturianos no afectan a la cesta de la compra. A los habitantes de la región les gusta comer bien y esos hábitos se reflejan en las estadísticas. El gasto alimentario se ha disparado en el Principado hasta liderar el ranking de comunidades con mayor destino de recursos a alimentación y bebidas.

Así lo indica el estudio "Alimentación en España 2017", elaborado por Mercasa, que sostiene que durante el año 2016 cada habitante de la región gastó una media de 1.678,9 euros en comida, casi un 10 por ciento más que en el resto de España. Entre los productos preferidos destacan la leche y los derivados lácteos, el aceite de oliva y la carne, que en todos los casos superan ampliamente la media de consumo nacional.

Por el contrario, el nivel de ingesta es menor que en el conjunto del país en el caso de los platos preparados, hortalizas frescas, bebidas refrescantes , gaseosas y frutas y hortalizas transformadas. El gran salto dado por Asturias contrasta con el retroceso de otras regiones como País Vasco, Cantabria y Cataluña, que bajó de la primera posición que ocupaba en 2015 a la sexta que le corresponde actualmente.

Los analistas consideran que uno de los factores que juegan a favor de esta alegría en el gasto alimentario es la abundancia de establecimientos especializados, que van desde la tienda tradicional -en franco retroceso- hasta las grandes superficies repartidas por la geografía regional.

En el suelo asturiano se asientan un total de 2.174 locales comerciales especializados en alimentación, 376 cada 1.000 habitantes. Entre ellos hay 477 supermercados y 12 hipermercados.

En contraste con el declive del pequeño comercio de alimentación, los mercados al aire libre, con buenos ejemplos en localidades como Cangas de Onís, Pola de Siero, Grado o Pravia, entre otros, también siguen teniendo una gran importancia en las ventas de productos, sobre todo en el caso de las verduras, las hortalizas y toda clase de panes y bollería.

El sector emplea a unas 7.000 personas del total de casi 50.000 ocupados en la industria, y registra el 19,84% de las ventas netas de productos, con 1.768 millones de euros sobre un cómputo global de 8.909 millones. En número de personas ocupadas, el primer subsector es el de industrias lácteas, con 2.480 trabajadores, seguido del de pan, pastelería y pastas alimenticias, que suma 1.503 empleados.

La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos matiza que "no parece existir correlación entre mayor producción local de alimentos y mayor consumo". Un caso llamativo es el de Andalucía, principal productora de aceite de oliva y una de las regiones que menos ventas registra . Al lado de los datos que avalan un repunte del consumo crece la preocupación por el creciente desperdicio alimentario.

La Federación Española de Industria de la Alimentación y Bebidas (FIAB) considera imprescindible la colaboración de todos los agentes sociales junto con la Administración para reducir drásticamente la cantidad de comida que acaba en el cubo de la basura. La entidad recomienda un "consumo responsable dentro del hogar," donde se produce la mayoría del desperdicio.