Los familiares de Gonzalo Montoya, el preso "resucitado", se manifestaron a primera hora de la tarde de ayer ante el HUCA para pedir su puesta en libertad. "Keremos (sic) la libertad de Gonzalo", rezaba la pancarta. José Carlos Montoya, padre del recluso, explicó lo motivos de esta protesta. "Estamos intentando que no vaya para la cárcel, porque si me lo vuelven a meter, no sale vivo", explicó. Ayer mismo, el padre de Montoya visitó a su abogado, Luis Tuero, quien "en breve" presentará una demanda ante el Juzgado por mal funcionamiento de la administración. La familia sostiene que Gonzalo Montoya, que sigue en la UCI y evoluciona bien, intentó suicidarse en la noche del sábado al domingo pasado. Por la mañana, le dieron por muerto y lo trasladaron a la morgue, donde despertó dando el susto de sus vidas a un operario de la funeraria y el auxiliar de autopsias.

Los médicos de la prisión declararon ayer ante los inspectores de Instituciones Penitenciarias que instruyen el expediente por los hechos ocurridos. Los facultativos defendieron su profesionalidad e indicaron que había realizado lo que establece el protocolo. La sección sindical de UGT en el centro penitenciario defendió la actuación tanto de los médicos como de los funcionarios, aunque admitió que, aunque hay un electrocardiógrafo en la enfermería, no se dispone de un portátil para llevarlo a las celdas, lo que habría advertido a los médicos de que Montoya estaba vivo. UGT indicó que la cárcel tenía contratados a dos enfermeros para dispensar la medicación a los presos durante el fin de semana, pero los recortes obligaron a prescindir de esos contratos. Por tanto, los presos reciben toda la medicación del fin de semana, lo que incrementa el riesgo de "trapicheo" y la ingesta masiva. Este sindicato apostó por el sistema de UTE (Unidad Terapéutica y Educativa), desmantelado según dice por la dirección, para reducir el consumo de drogas y las sobredosis.