Un fallecido y un reguero de daños materiales en los diques más expuestos a los embates de la mar. Estas son, en suma, las consecuencias del fuerte temporal que azotó ayer el litoral asturiano con olas gigantes cuyo pico máximo se alcanzó en Gijón: 13 metros. Este oleaje extraordinario se vio potenciado en las horas de la tarde por la coincidencia de la pleamar.

Esta mañana, la Guardia Civil ha hallado el cuerpo sin vida del hombre desaparecido desde el martes en Tapia de Casariego. El cadáver fue localizado en una zona cercana a donde aparecieron sus instrumentos de pesca, conocida como Ribeiro del Figo, entre Salave y Tapia.

José Manuel Fernández salió de su casa en El Cortaficio el martes y no volvió. La auxiliar de ayuda a domicilio que acude a diario a atenderle dio la voz de alarma ayer tarde cuando descubrió que el hombre, conocido como Manolo "de la casa del sereno", no había dormido en su cama y todo en casa estaba como el día anterior. La Guardia Civil puso en marcha el dispositivo de búsqueda y halló hacia las seis de la tarde en un acantilado, entre Salave y Tapia, en la bajada del ribeiro del Figo, instrumentos de pesca (una bolsa de plástico y un palote o pala). Todo parece indicar que el tapiego pudo haber caído al mar mientras pescaba, una de sus aficiones, como explicaron sus conocidos.

En Avilés, un hombre de unos 60 años que paseaba por las inmediaciones del espigón de San Juan se cayó y se vio arrastrado por el oleaje hacia la playa. Fue auxiliado, con una pierna rota, por un agente de policía portuaria y varios viandantes. La fuerza del mar también hizo estragos en el muro del Arañón provocando daños en la carretera y llegando el agua a entrar en el bar próximo a la zona. El temporal apenas se dejó sentir en Gozón, salvo en el firme recientemente renovado en un enclave próximo al faro de San Juan.

En Gijón, desde La Cantábrica (la escalera 0, junto a la iglesia de San Pedro), el espectáculo del Cantábrico fue salvaje y peligroso. "Olonas" de hasta 13 metros -aunque la media fue de 6- rompieron en Gijón, atrayendo en pleamar a una marea de curiosos, que desafiaron al temporal con sus cámaras y teléfonos móviles. ¿Quién dijo miedo? A las cinco de la tarde, la escalera 0, se llenaba de miradas y el mar embravecido amenazaba con tragarse de un bocado tanta tecnología. Pero ni siquiera la mojadura asustó a los que estaban en primera línea de costa, jugándose la vida por una simple instantánea. De poco sirvió que la Policía Local acordonase la zona y que Protección Civil recomendase respetar unas medidas mínimas de prudencia. La mayor expectación se concentró en el paseo del Muro. Correr para que la ola no chiscase más de la cuenta fue la diversión de la tarde. El fuerte oleaje golpeó el paseo con dureza e invadió por momentos la acera. Tanta violencia tornó a negro el color del mar.

La boya de Puertos del Estado en Gijón registró la ola más alta de Asturias: 12,76 metros a las siete de la mañana. La segunda más grande fue a las cuatro de la tarde, de 9,23 metros, y la tercera, a las siete, de 9. Gijón, al igual que el resto de Asturias, estará hoy en alerta naranja (riesgo importante) por fuerte oleaje, con olas de 7 a 8 metros según la Agencia Estatal de Meteorología.