La ternera en los países árabes equivale al porcino en las culturas occidentales; la carne más popular para consumo diario, siempre sacrificada de acuerdo con la normativa "halal". "El pollo no les gusta demasiado y el cordero, con mucho hueso y poca carne, es un lujo y se reserva para las celebraciones", explica el exportador Sebastián Hernández.

Los cortes más apreciados son los que se encuentran en la parte trasera del animal, la zona conocida como "la bola". La preparación también difiere de los usos occidentales. "Lo trocean todo mucho y les gustan los pinchos, siempre muy especiados", añade.

Tanto la Administración como los empresarios de la distribución y los ganaderos son conscientes de que vender a los países de Oriente Medio conlleva peligros, siempre aparejados a los mercados internacionales, sobre todo en zonas de inestabilidad política. "Existe el riesgo de que baje la demanda, pero el hecho es que desde 2010 ha ido subiendo", señala Jesús Casas.

La estrategia de promoción impulsada por el Gobierno español es, a juicio del director general, otro de los factores que contribuyen al impulso de este comercio. A ello se une la relación de confianza que siempre ha mantenido España con el mundo árabe. Turquía ha sido el último estado en incorporarse a los acuerdos comerciales.