Al vecino de Vidal (Cangas del Narcea) José Menéndez Llamas terminaron condenándole por la muerte de la madre de las oseznas "Paca" y "Tola". No fue una condena excesivamente dura, tres meses de arresto y tres millones de pesetas de las de 1991, por una infracción de la ley de Caza, pero aquello todavía le duele hoy en día. Ayer mismo negó por teléfono a LA NUEVA ESPAÑA que matase a la osa. "Simplemente cogí a las osas en el monte, porque no tenían madre", aseguró. Hoy en día hubiese sido condenado a una pena mucho mayor.

Lo que tiene claro es que, de haberse quedado con las esbardos, "Tola" hubiese tenido otro destino. "Si se hubiera quedado conmigo, ahora estaría viva y tendría crías", asegura, con un punto de desafío. "Pero nada, la metieron con un maricón (por 'Furaco') y no la preñó", añadió este hombre temperamental, poco amigo de los medios de comunicación.

José Menéndez fue detenido junto a José Manuel López Galán el 12 de junio de 1989, tres días después de las que las oseznas fueran entregadas por el cazador ovetense Antolín Velasco en la ermita de Obona. En casa de Menéndez encontraron la piel de la madre de las osas, con dos disparos. El cazador negó haber matado al animal, e indicó que ya lo había encontrado muerto. Luego dijo que alguien la había metido allí. "No somos unos terroristas. Nos han sentado en el banquillo sin pruebas", dijo durante el primer juicio, en el Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo. Su letrada, Ana G. Boto, adujo que los registros habían sido ilegales. En ese primer juicio, salieron absueltos. Pero hubo recurso ante la Audiencia y Menéndez salió condenado, no así el otro cazador.