"Paca" quizás no se ha dado cuenta todavía de que en el cercado de Santo Adriano ya no está su hermana "Tola". Llevaban separadas desde el pasado octubre, cuando además de bajar la luz de los días también le bajaron las fuerzas a "Tola", que siempre presentó una salud más débil que su hermana y arrastraba problemas de movilidad desde hace algunos años. Y con el invierno "Tola" no pudo más.

Quién sabe si sufrió, quién sabe si "Paca" llora la muerte de su hermana desde su iglú hecho de piedra y hormigón que fue construido para facilitarle el camino a la hibernación. Tanto los veterinarios como los cuidadores de estas osinas, que nunca dejaron de serlo aunque su tamaño y su peso fuese enorme, se afanaron en que la muerte de "Tola" llegase de forma tranquila y dulce. "Le dábamos los medicamentos escondidos en alguna comida que a ella le gustaba", relata uno de los cuidadores del cercado. Pero las hermanas hace ya unos meses que estaban separadas por un vallado, cada una de un lado del cercado. Temían los cuidadores que "Paca", juguetona y con fuerza, fuese a hacerle daño a su hermana "Tola", más débil y ya enferma. Se miraban desde la barrera, con esa mirada triste y lánguida tan propia de los osos. Pero el jueves "Tola" no pudo más y murió. Dejó a "Paca" sola y a Asturias triste por la muerte de uno de los animales más queridos de la región.

Bastaba ver ayer la cantidad de gente que se acercó a la Senda del Oso a ver si la suerte estaba de su lado y "Paca" salía de su iglú para recibir el cariño de la gente. ¡Quién sabe si lo comprende!, probablemente sí, tras una vida entera en contacto con los humanos. Fue precisamente un humano el que mató a su madre y las dejó huérfanas en un monte, pero fueron también los humanos los que las rescataron y las cuidaron. "Y, ojo, que esto no es un zoo, aquí las osas viven muy bien, han estado cuidadas y mimadas siempre", asegura un representante de la Fundación Oso Pardo. Y por el camino, con paso sereno y echando el ojo hacia el cercado, vienen Purificación Pérez y su marido, Ángel Cerreda. "Prubitina", dice Purificación Pérez, emocionada tras sus gafas de sol y lamentando no poder ver a "Tola" ya nunca más. "Vinimos alguna vez, pero siempre llovía y nunca pudimos verla. Hoy veníamos con la intención de ver a 'Paca'; la verdad, que uno les va cogiendo cariño a estos animalinos", relata la gijonesa. Y Ángel, su marido, lamenta que las hermanas hayan tenido que vivir su vida en cautividad. "En este mundo cada uno tiene que estar en su sitio, y por mucho que nos guste ver a los osos, su sitio no es éste", lamenta. Aunque desde la FOA insisten en aclarar que el cercado está preparado sólo para acoger animales que hayan sufrido alguna lesión y que es allí donde se lleva a cabo su recuperación para después reintegrarles al medio natural. Pero hay osos que no se adaptan después al medio natural, como es el caso de "Molinera", que se encuentra en otro cercado en Santo Adriano, en el grande, donde hiberna desde el pasado 19 de diciembre. A lo mejor, el Principado decide juntar a las dos osas en un mismo recinto, "hay que estudiarlo, eso es decisión de la Consejería, cabe la posibilidad". A Álvaro González, de 5 años, no le dan miedo los osos. Tampoco a su hermana Sofía, de 8. Su madre, Carmen Fiego, paseaba ayer con ellos por la senda, tristona por la pérdida de "Tola", pero con la esperanza de que "Paca" se deje ver otro día. En los ojos de los pequeños la ilusión por ver un "oso de verdad" y confiando en que "'Paca' no llore".

De momento, lo que sí que se sabe es que la Fundación Oso de Asturias quiere conservar el esqueleto de "Tola" para que quede como muestra en la zona de exposición.

Los cuidadores confirman que "Paca" está sana y fuerte, aunque no se atreven a decir si la muerte de "Tola" le pasará factura emocional. Toda la vida juntas, y todo un ejemplo de que el furtivismo es la peor amenaza del oso pardo cantábrico. Ellas cambiaron muchas mentes. Gracias, "Tola".