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RICARDO MORALES | Diseñador y profesor de Diseño

"Me casé con una compañera de clase en un ambiente de euforia colectiva muy guapo"

"Los ordenadores no han mejorado el diseño, lo han enturbiado; se reflexiona menos y se prueba más, para humanizarlo se está volviendo a lo manual"

Ricardo Morales, en el jardín que ha hecho en su casa. LUISMA MURIAS

Ricardo Morales, nacido en Gijón en 1955, criado en Oviedo, hijo de un decorador y un ama de casa, estudió Bellas Artes para ser un pintor hiperrealista, pero se convirtió en el primer profesor de Diseño Gráfico de España por oposición y en el profesor de la Escuela de Arte de Oviedo que desarrolló la asignatura y creó las Jornadas y premios "Motiva". Tiene tres hijos, fruto de dos matrimonios.

- En cuarto de Bellas Artes, huyendo de pintar abstracto, pasó a Diseño. ¿Cómo le fue?

-Encajé bien. Los estudios no estaban especializados. Me gustaba el diseño industrial más que el gráfico. Me quiso fichar Francisco Podadera, uno de los mejores diseñadores industriales, pero yo ya estaba casado, tenía dos hijos, responsabilidad y la oposición que salió fue de Diseño Gráfico.

- Diferencie arte y diseño.

-En diseño cumples un encargo de un cliente con una necesidad, un presupuesto y unos límites que facilitan las cosas. En el arte haces lo que quieres y si gusta, lo compran.

- Usted se casó en la carrera.

-Sí, con una compañera de clase en un contexto de euforia colectiva y un ambiente muy guapo. A la boda acudió media clase y viví una etapa muy feliz.

- ¿Ganaba dinero?

-Había alquilado un piso con el pintor Esteban. Puse un estudio, vendí cuadros y saqué dinero con encargos y retratos de niños.

- Su primera mujer.

-Montserrat, Montse, madrileña de padres catalanes. Era enfermera y estaba emancipada. Tenía mucho mérito porque salía de turno y se iba a la escuela sin dormir. Vivimos juntos desde tercer curso. Hizo Restauración, pero no logró ejercer. Nos llevamos muy bien. Es vecina en la urbanización. Nuestros hijos se llaman Miguel, 35 años, y Montse, 32.

- ¿Por qué volvió a Oviedo?

-Saqué la primera plaza de Diseño Gráfico de España. Podía ir a Madrid y a Oviedo. El Ministerio me destinó a la Escuela Número 10 de Madrid de Artes y Oficios, donde tomé posesión. Tenía oferta para trabajar en Diseño Industrial, un estudio de diseño gráfico con dos amigos y aprendí el oficio con Luis Ricote, que hizo la imagen corporativa del Mundial-82, pero en Asturias tenía familia y mi mujer prefirió que viniéramos por la calidad de vida. Ella pidió el traslado de enfermera y se jubiló hace tres años.

- Entró interino en Oviedo.

-En 1984 y en 1985 saqué la oposición por una plaza de Diseño de Interiores. Me fue muy útil haber trabajado con mi padre.

- ¿Cómo empezó a dar clases de una disciplina nueva?

-El programa académico de Dibujo Publicitario era de 1968, y como no era lógico empecé a dar Diseño Gráfico con un popurrí de lo que me habían enseñado.

- En 1986 salió el primer plan de estudios de Diseño Gráfico e Ilustración.

-Tres años de comunes y dos de especialidad. Desarrollé todas las programaciones, instalé la primera ampliadora, prestada por el que luego fue director de la escuela, Alfonso Granda, en un cuarto de baño, compramos repromáster, aerógrafo... Los ordenadores tardaron en llegar, unos Astra que se guardaban en un cuarto blindado y servían para poco, pero venían de otras escuelas a verlos. Vinieron muchos profesores especializados.

- Aprendió el diseño gráfico con letraset y lo ejerció con ordenador.

-Y enseñando. La calidad no ha mejorado. Los ordenadores han enturbiado. Antes una tipografía la dibujabas tú o la elegías en letraset, que era muy caro. Eso implicaba mucha reflexión. Ahora tienes 10.000 tipografías y pruebas. El exceso de comunicación provoca ruido. Lo que hacía Daniel Gil da mil vueltas a lo que se hace ahora. Se está volviendo a lo manual para humanizar. Se ve en los trabajos de Isidro Ferrer, Pep Carrió y Sonia Sánchez.

- ¿Cómo corregía eso cuando era profesor?

-Los alumnos nativos digitales tienden a ir a la pantalla a probar. Yo les pedía esquemas y mapas mentales, para conceptualizar lo que querían hacer y que luego buscasen la solución gráfica. Enseñaba a pensar. Antes tardabas quince días en hacer un cartel y eso daba empaque reflexivo. Hoy en un día haces cartel, folleto y en arte final. Se paga lo mismo y en las agencias de publicidad la creatividad no se cobra y lo que importa es la rapidez.

- ¿Cómo ideó "Motiva"?

-Empezó en 1997 y se llamó Feed Back. Llevaba las prácticas en empresas de los alumnos, que no cobraban un duro, lo que no me parecía justo. Llevaba talones de doscientas y pico mil pesetas y se me ocurrió sobre la marcha, en Impact 5, que la empresa donara ese dinero para mejorar la formación de los alumnos.

- ¿Lo entendieron?

-Muy bien, redireccionaron el talón y luego fui a las demás empresas. Ese año trajimos a Enric Satué... Con el informe del primer año fui a la Caja de Ahorros y a otras entidades, donaron dinero y todo creció. Tenía más dinero del que podíamos administrar.

- ¿Y qué hizo?

-Crear los premios "Motiva", la exposición en los Mupis... En 2004 lo cogió el IDEPA y no tuvimos que pedir subvenciones. Cuando se fue Víctor Marroquín del IDEPA volvimos a las empresas y las instituciones. En 2007 lo cogió otra profesora, Blanca, por dos años, y luego lo retomé.

- ¿Qué diseñadores ha formado de primer nivel?

-Manuel Fernández, Ricardo Villoria, Boris Rodríguez, Marco Recuero, Luis Arrontes, Nacho Arbesú, Pablo Antuña, José Alonso, Rubén Mejido, Montse Matos, Miguel Santamarina y Gonzalo Ovejero.

- ¿Y anteriores de la escuela?

-Jorge Lorenzo, Toni y Raquel (Forma), Fernando Rico, Sebastián Menéndez, Emiliano Alonso y Carlos González.

- ¿De otra procedencia?

-Helios Pandiella, Juan Gallego, Juan Jareño, Paco Currás, Carmen Santamarina, Pablo Poch (Dúo Comunicación) y el Estudio Atipo.

- ¿Cómo conoció a su mujer actual?

-Llevaba dos años separado y Gema, una alumna, me presentó a su prima Clara porque pensó que podíamos encajar. Organizó una salida en bicicleta por la ruta del Oso con otras tres personas en 1997. Es bióloga y ecologista. Nos casamos y tenemos un hijo de 18 años, Carlos.

- ¿Fue un padre presente?

-Creo que soy buen padre. Cuando estuve separado había un régimen de visitas limitado, pero estuvimos de vacaciones y todo el tiempo posible juntos. Ahora tengo a mi hijo mayor a 50 metros de aquí. Trabaja en Silvota. Es inspector de calidad en una empresa de material electrónico para ferroviarias. Es un héroe local porque rescató con su todoterreno a los mayorinos del Angliru.

- ¿Y su hija?

-Mi hija es diseñadora gráfica en Madrid. Creo en el carácter hereditario de estas cosas. Mi abuelo, mi padre, yo, Montse -que hizo Bachillerato Artístico en mi escuela y luego Diseño Gráfico en Bellas Artes- y ahora Carlos, que es el mejor de clase en Dibujo Técnico en Arquitectura. En la crianza de Carlos he tenido una percepción más tranquila. Con los mayores estudiamos y trabajamos en una vida de ajetreo.

- ¿Qué tal siente que le ha tratado la vida hasta ahora?

-Muy bien. Podría morir mañana con la satisfacción del deber cumplido. He hecho lo que me gusta y tengo una familia maravillosa y amigos. Intento hacerlo lo mejor posible como padre, hijo, marido y profesor.

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