"Paca" quería darse un baño ayer y probablemente relajarse un poco. La osina se ha quedado sin su hermana tras morir "Tola" el pasado jueves, después de años aquejada de una enfermedad que le restaba movilidad. "Paca" abandonaba ayer su iglú de hibernación (una construcción de piedra con forma semiesférica) a eso de las doce y media de la mañana y se dejaba ver por el cercado de Santo Adriano. Después se dio un chapuzón al solín del mediodía, en la charca en la que tantas veces jugó con su hermana "Tola".

Anda "Paca" estos días "fartuca", y es que aunque no se pueda decir que ella hiberne como lo hacen los osos que viven en libertad, sí que está en un proceso de semi-hibernación y se pasa casi todo el día durmiendo, por lo que gasta pocas energías. Por eso "Paca" no comió ayer ni las manzanas ni las nueces que los trabajadores de la Fundación Oso de Asturias (FOA), encargados del cuidado de este animal, le habían dejado en una esquina del recinto para que "si tiene hambre pueda alimentarse". Nadie sabe qué estará pensando "Paca" o si notará la ausencia de "Tola", con la que llevaba viviendo desde 1989, cuando un cazador furtivo mató a su madre y las dejó huérfanas para siempre. Pero fue también ese día en el que las dos osinas se convirtieron en todo un símbolo de la recuperación del oso pardo cantábrico. Después de estar bajo el cuidado de expertos y veterinarios "Paca" y "Tola" lograron salir adelante, y de ser unos esbardos pasaron a ser unas osas adultas que removieron muchas conciencias: demostraron que o se ponía coto al furtivismo o la cordillera Cantábrica perdería a uno de sus animales más emblemáticos.

Tras ser rescatadas, las osinas fueron entregadas con cinco meses de vida al Fondo Asturiano para la Protección de los Animales (FAPAS), y de ahí pasaron a vivir, primero, en Cataluña y, luego, en el Hosquillo, en Cuenca. Pero Asturias quería a sus osas, y las sigue queriendo. En 1996 se inauguró el cercado de Santo Adriano, al que fueron trasladadas para vivir en semicautividad, ante la imposibilidad de volver a reintroducirlas al medio. Estaban demasiado humanizadas para regresar al monte en el que perdieron a su madre. "Paca" siempre fue la fuerte, la más juguetona, la más independiente y también la que no hizo ni caso a "Furaco", el oso que se trajo de Cabárceno y que compartió con ellas cercado en un intento para lograr la reproducción de las osas. "Tola" sí que tuvo varias montas con "Furaco" e incluso llegó a parir un esbardo que se encontró muerto en el año 2013, tras ser aplastado por su propia madre. De todas formas la cría no hubiera salido adelante, ya que la necropsia realizada al animal certificó que había nacido con graves malformaciones cerebrales.

Los cuidadores andan vigilantes con "Paca", pendientes de su comportamiento, no vaya a ser que la tristeza le embargue y la falta de "Tola" le pase factura. Ella siempre fue la fuerte, la recia, la osada, la que apaga sus penas en la charca. Larga vida a nuestra "Paca".